DORMIRÁS ENTRE CARTONES, ENTRE PUTAS Y LADRONES

Otra vez he tenido que observar a mí alrededor y notar a los “in-notables”, los parias de la sociedad, hijos de la soledad, seres invisibles que pasan desapercibidos cual si fuesen otro árbol que adorna la plaza, hablo de los indigentes, las personas que tienen por hogar un portal, y por techo las estrellas.

De seguro las historias que podrían contarnos cada uno serían muy interesantes, ¿por qué cada uno de ellos vive en la calle?, habría muchas causas que se vinculen a la pobreza, la locura, los vicios, el olvido, en fin serían tantas las causas para esto, más lo que me pone a pensar es la facilidad que tenemos las personas para ignorarlos, cuando uno pasa por un parque y los ve dormidos en las sillas se hace a la idea de qué no existen o a lo mucho que son como perros de la calle, es decir no los vemos como personas, no los consideramos personas.

Pero son tan humanos como cualquiera de nosotros, y yo me pregunto por qué uno que puede sentir compasión por los semejantes, que puede sentir cariño por las demás personas, de pronto se olvida así no más de la hermandad y le quita el grado de humano a una persona porque lo ve abandonado a su suerte durmiendo bajo periódicos, o porque hace mucho tiempo que no se baña y su aspecto no es de nuestro “agrado”, es extraño, ¿acaso un indigente está condenado simplemente al olvido, a desaparecer en vida?

Es una gran ironía que uno se pregunte en estos casos dónde está Dios y que los indigentes tengan que dormir a las puertas de los templos donde vive el Señor. Aquí recordaré lo que nos dijo una ancianita en la iglesia de Guaranda este carnaval después de haber dormido en las puertas de tal edificación, ella nos dijo:

-    La humanidad ya no tiene salvación, porque tanto Dios como el Diablo se empecinaron contra la Tierra. (o algo así dijo estaba dormido…)

Más claro dijo que estábamos cagados porque por lo menos si el Diablo estaba contra nosotros y Dios no, sabíamos de que lado ponernos no!!! (nota: ironía mal usada jajaja). Pero con los dos en contra eso si explicaría porque ya no tenemos remedio en este 2012.

Bien, me salí del tema. Lo que quería exponer es que las personas podemos ser más crueles de lo que creeríamos, sólo recuerdo lo que una vieja dijo una vez cuando el loquito de la JAI (el tifuña) que obviamente también es indigente dormía en su puerta, ella después de gritarle para que se fuera, alcanzó a decir que: “EL Municipio debería hacer algo con estas personas pues no permiten que la gente disfrute de sus calles y parques”. Claro chucha, o sea más claro llamen a control animal y denles pan con veneno para limpiar las calles de indigentes como de perros con rabia, y de seguro que si ellos cobrarían por unidad asesinada cobrarían $10 por perro y $5 por indigente.

También traigo a colación otra historia que me contó mi padre sobre un hombre en su pueblo que tenía mucho dinero y muchos amigos, por esas cosas de la vida (Dios y el Diablo jejeje) le fue mal con su dinero y perdió todo: mujer, casa, tierras, animales y amigos, en especial los amigos se abrieron como la yuca y quizá dice mi padre, era porque le tenían envidia y muy en el fondo esperaban que le vaya mal. En fin como todos le cerraron la puerta por un par de ocasiones dormía donde le daban posada pero con el tiempo la gente se cansó de él, y de apoco se convirtió en un vagabundo que sobrevivía de lo poco que le regalaban y algunas monedas que conseguía se las gastaba en alcohol (puro hijuepucta!!!!) para embriagar su soledad. Dormía donde le encontraba la noche, al poco tiempo ya no quedaba nada de ese ser opulento rodeado de gente, sino que era un hombre de la calle olvidado como si su vida no importase nada y nadie recordase quien fue, que dormía sobre unos cartones entre los otros olvidados de ese lugar (como dice el título de este post).

Mi padre me contaba este relato para de la forma más simple enseñarme que uno no sabe qué será de nosotros mañana, que hoy podemos ser los reyes del mundo y mañana unos árboles más del parque, la gente es cruel, la vida también, se olvidan de una persona y ahí empieza a morir así sea en vida.

Todas esas personas que duermen en la calle, que día a día viven como si no existiesen caminando bajo la lluvia y viendo a la gente pasar como a sus vidas tienen una historia que contar y un gran valor solo por el hecho de estar vivos, este mundo no se arreglará si seguimos anteponiendo nuestro egoísmo y nos centramos en nuestras vidas, caminando hablando por un celular sin importar que pasemos pisando a un tipo que duerme bajo nuestros pies, porque la vida da vueltas y hoy tú que duermes en una cama caliente mañana podrías terminar durmiendo entre cartones, entre putas y ladrones.

LOS HUMANOS NO  SOMOS  MÁS QUE INDIGENTES DEL  UNIVERSO, POR ESO NUESTRA SOLEDAD: JUAN