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lunes, 12 de septiembre de 2016

¿EL TRAJÍN DE SER ROCKER? Y PORQUE VALE LA PENA...

Un saludo virtual llenos de bits, bytes y words en este día que está tan frío como para pegarse un cafecito con humitas, les saludos desde ... no, no es desde la JAI, es desde la POLI jejeje, en fin.

Hoy les quiero contar sobre un tema que me aturde desde ya hacia algunos años, y es lo difícil que es ser un rocker/metalhead/metalero/roquero/vago satánico de por ahí jajaja (como dice mi madre) en la actualidad. Y bueno, si me pongo a considerar lo que sufrieron mis camaradas de los 80's y 90's tal vez no sea tan cruel como fue con ellos y las persecuciones policiales para cortarles el cabello, mas bien, yo me referiré a lo complicado que es estar en un concierto de rock (que es una parte vital de ser rocker) en estos días llenos de modernidad.


Verán, ayer estuve en un concierto aquí en mi lindo Quito donde se presentó Rhapsody de Luca Turilli y Primal Fear, y bueno empiezo con lo malo, si ya de por sí un concierto el domingo no es nada pintoresco debimos soportar 3 horas de retraso que hicieron que dos bandas teloneras no se presenten, y yo sí quería escuchar a una de esas bandas!!!, y luego que el permiso del concierto sólo era hasta las 8 pm hizo que las bandas toquen como una hora y no puedan dar un show completo y como nos merecíamos; y lejos de mí está ofender y criticar el trabajo de la organización ya que entiendo como las cosas se les pueden ir de las manos, pero vamos a ver por qué me quejo:

He ido a conciertos desde los 15 años (13 años en la lucha), vaya que he soportado todo el trajín que significa ir a ver a esa banda que tanto te gusta, he soportado lluvias, solazos, colas largas, policías abusivos, que te quiten correas, spikes, cadenas, que te hagan sacar los zapatos, que te esculquen hasta en los testículos, y que cuando acaba el concierto te saquen del recinto como si fueses delincuente, y aún así qué uno termine pagando entradas bastante caras no es nada justo, es para decir YA PUES CHUCHA!!!, o ¿acaso estoy pidiendo caridad? no, estoy pagando, y el público rocker no es que se pudra en plata, para nada, mas bien, se debe ahorrar mucho y escoger a qué concierto puedes ir y a cual no, para que tengan ideas, un concierto de metal en Quito no baja de los 40 dólares por una general en general (valga la rebuznancia), eso es caro, cuando yo voy por ahí y veo conciertos de otro tipo de música donde una general cuesta 15, 0 20 dólares y te ofrecen 5, 6, 7 bandas y cuando vas hasta bonito te tratan. En cambio uno paga caro (entradas de 60 a 80 dólares en promedio) y termina en los maltratos de siempre, entra al lugar y veo un zaguán con una tarima y ahí hacen tocar a estos grupos, qué vergüenza me da, porque estas bandas así ya no van a querer volver!!!


Y pensando en eso me lleva al segundo punto, y es que en la actualidad el rocker vale tres atados de ... lo que usted supone, el peor enemigo del rocker es el rocker!!! Recuerdo con mucha nostalgia mi juventud cuando te enterabas de un concierto por un flyer pegado con engrudo a un poste viejo en la calle o por una cuña en la radio que me acompañaba en mis tareas universitarias hasta entrada la noche, y con tan poca información yo iba a los conciertos y me encontraba con muchísima gente y a pesar de lo difícil que era, una vez empezaba la tocada me sentía tan feliz que fue por eso que me enamoré de este estilo de vida, del metal. Pero ahora, vas a un concierto y ni ese zaguán se termina de llenar bien, y esque es un círculo vicioso en el que los promotores se la juegan y arriesgan su dinero porque saben que no ha de ir mucha gente, y ponen las entradas muy caras, lo que a su vez causa que el metalero común diga: está muy caro y no vaya, y al final, toca ir a un concierto con 100 personas en un hueco y esperando que la banda no se empute!!!


Pero el problema llega más hondo, y es la modernidad, las redes sociales, "amor en tiempos de redes sociales" diría el buen Gabo. Facebook, por este medio se anuncia todo tipo de eventos y uno cómodamente en la casa mientras oye música en youtube puede enterarse de qué banda viene a tu ciudad, y eso sería genial si no saliese el "troll" que llevan dentro muchos metaleros, en lugar de decir: bacán vamos a este concierto, salen a vociferar frases como: "otra vez esa banda" o "esa banda no es metal de verdad" y cosas por el estilo y no apoyan a la escena, cuando ven bandas nacionales dicen "otra vez Descomunal" (jejeje lo siento no quería tomarme el nombre de la banda pero así dicen a mí me encanta Descomunal" y arman el barullo y al final no van, y y mucha gente se deja influenciar de esos comentarios y al final no va al concierto.

Youtube tampoco se salva, recuerdo otra vez con gran nostalgia cuando tenía que caminar casi todo Quito buscando algún lugar donde vendan videos de bandas de rock, pero ahora un click te lleva a ver conciertos completos en alta calidad de tanta banda y eso está muy bien, pero muchos prefieren la comodidad del hogar y del buen audio que ir a sacarse la mierda en un concierto.


En resumen, los rockeros ya no apoyamos como se debe, no vamos a los conciertos, no llenamos las tocadas pero pedimos a gritos grupos que exigen públicos de 20 mil personas y no podemos llenar un aforo de 300, nos peleamos entre nosotros por los géneros musicales que le gustan a cada uno y criticamos a cuanta banda aparece en cada concierto nacional, pagamos entradas mucho más caras que el resto de conciertos "normales" y nos envían tantos agentes de policía que ni en un concierto en la prisión verías, te quitan tus cosas, te miran feo, te quema el sol, te acaba la lluvia y sales tan de noche que no hay buses a tu casa, jajaja completo, pero ¿vale la pena? déjame decirte por qué SÍ.

Cuando estuve ayer ahí "encajonado" en ese zaguán entre rockers oyendo a éstos grupos, recordé porque ese pequeño tiempo que dura la tocada hace que todo haya valido la pena, corear hasta que tu garganta no puede más, saltar, alzar los puños al ritmo de la batería, gritar el nombre de la banda, hacerle el juego a los vocalistas cuando hacen cantar al público, sentir cada nota vibrando en cada parte de tu cuerpo, mover la cabeza como un jodido demente mientras dejas llevarte por las melodías hace que te pierdas, que cuando oyes esa canción que tanto te gustó cuando eras un peladito y la oías en tu radio y pensabas ¿cuándo la podré oír en vivo? hace que los 4 minutos en promedio que dura una canción sean la recompensa de tanto ajetreo, que cuando la banda se despide no quieres que se vayan, y que al salir sientas dolor en las piernas y en la garganta y te sientas feliz porque pudiste oír a aquella banda que quizá te quedó debiendo una que otra canción y esperas que en otra ocasión regresen para oírla. Ese momento en el que mueves tu melena al ritmo de la música y entre luces ves al resto de la gente haciendo algo parecido y una pequeña multitud se convierte en intérprete del rock, eso hace que a pesar de todo el maltrato, que a pesar de que los conciertos ya no sean como los recuerdo, me recuerden que me enamoré de este estilo de vida porque me hace sentir vivo.

He dicho.

Pilas, apoyen, vayan a ver a su banda si le gusta y si no le gusta sólo no joda y deje que otros se diviertan.


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ROCK'N'ROLL: JUAN



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