viernes, 30 de septiembre de 2011
domingo, 25 de septiembre de 2011
LUZ DEL DOMINGO XXXIV
ROBAR EN FAMILIA NO ES PECADO: JACOB SE ENRIQUECIÓ DESVALIJANDO AL TRAMPOSO DE SU TÍO Y SUEGRO LABÁN
Después de la canallada que le hizo Jacob a su hermano Esaú, Rebeca le aconsejó a su estafador retoño que pusiese tierra de por medio para salvar su pescuezo de la navaja justiciera de Esaú. Le sugirió huir a Jarán y buscar refugio en la casa de su hermano Labán.
Pero antes de emprender viaje, Isaac, su padre, que ya se había olvidado del tremendo disgusto que tenía apenas unos versículos antes —mostrando con ello que daba por buena la estafa que hizo Jacob a su familia y a la historia de su pueblo—, le bendijo de nuevo y le dio algunos consejos:
No te cases con ninguna mujer cananea. Ponte en camino y vete a Padán-Aram, a la casa de Batuel, el padre de tu madre, y elige allí una mujer para ti de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre. Que el Dios de las Alturas te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones (...) (Gn 28 1-2).
Llegado ya Jacob a las tierras de su tío Labán, éste salió a su encuentro:
Apenas supo Labán que Jacob era el hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó, y lo llevó a su casa.
Jacob contó a Labán todo lo ocurrido, y Labán le dijo: «En verdad tú eres carne y hueso míos». Y Jacob se quedó allí con él durante un mes.
Entonces Labán le dijo: «¿Acaso porque eres hermano mío vas a trabajar para mí de balde? Dime cuál va a ser tu salario».
Labán tenía dos hijas: la mayor se llamaba Lía, y la menor Raquel. Lía no tenía brillo en sus ojos, mientras Raquel tenía buena presencia y era linda. Jacob se había enamorado de Raquel, así que le contestó: «Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor».
Labán dijo: «Mejor te la doy a ti y no a cualquier otro hombre. Quédate, pues, conmigo».
Jacob trabajó siete años por Raquel, pero la amaba tanto, que los años le parecieron días. Entonces Jacob dijo a Labán: «Dame a mi esposa, pues se ha cumplido el plazo y ahora quiero vivir con ella».
Labán invitó a todos los del lugar y dio un banquete, y por la tarde, tomó a su hija Lía y se la llevó a Jacob, que se acostó con ella. Labán dio a Lía su propia esclava Zilpá, para que fuera sirvienta de ella.
A la mañana siguiente: ¡Caramba! ¡Lía! Jacob dijo a Labán: «¿Qué me has hecho? Yo te he servido por Raquel. ¿Por qué me has engañado?». Labán le respondió: «No se acostumbra por aquí dar la menor antes que la mayor. Deja que se termine la semana de bodas, y te daré también a mi hija menor, pero tendrás que prestarme servicios por otros siete años más».
Jacob lo aceptó, y al terminar la semana de bodas con Lía, Labán le entregó a su hija Raquel. Labán le dio a Raquel a su esclava Bilá como sierva.
Jacob se unió también a Raquel, y amó a Raquel más que a Lía. Y se quedó con Labán al que prestó servicios siete años más.
Al ver Yavé que Lía no era querida, le concedió ser fecunda, mientras que Raquel era estéril (Gn 29 15-31).
De nuevo tenemos a Dios metiendo baza para poder desencadenar conflictos familiares que podrían haberse ahorrado todos. Lía parió cuatro hijos, Rubén, Simeón, Leví y Judá, pero Jacob seguía prefiriendo a Raquel, aunque, eso sí, administraba su virilidad llegándose a ambas... pero no solamente a ellas, ya que la tremenda envidia que Raquel sentía por su hermana Lía llevó a que la cama de Jacob estuviese muy concurrida:
Raquel, viendo que no daba hijos a Jacob, se puso envidiosa de su hermana y dijo a Jacob: «Dame hijos, porque si no, me muero».
Entonces Jacob se enojó con Raquel y le dijo: «Si Dios te ha negado los hijos, ¿qué puedo hacer yo?». Ella le contestó: «Aquí tienes a mi esclava Bilá. Únete a ella y que dé a luz sobre mis rodillas. Así tendré yo también un hijo por medio de ella». Le dio, pues, a su esclava Bilá, y Jacob se unió a ella (Gn 30,1-8).
Pero, tras dos partos de la esclava Bilá en funciones de madre sustituta de Raquel, ésta andaba ya muy envalentonada frente a su hermana y la forzó a mover ficha:
Viendo Lía que había dejado de tener hijos, tomó a su sierva Zelfa y se la dio por mujer a Jacob. Y Zelfa, esclava de Lía, dio un hijo a Jacob [y luego un segundo, claro] (Gn 30,9-12).
Sin embargo, los líos, peleas y partos estaban lejos de acabar. Rubén, hijo de Lía, se encontró unas manzanas silvestres y Raquel le pidió algunas a su madre.
Le respondió Lía: «¿No te basta con haberme quitado el marido, que ahora quieres llevarte también las manzanas de mi hijo?». Raquel le dijo: «Muy bien, que duerma contigo esta noche, a cambio de las manzanas de tu hijo».
Cuando por la tarde llegaba Jacob del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: «Esta noche dormirás conmigo, pues te he alquilado por unas manzanas de mi hijo». Aquella noche, pues, durmió Jacob con ella [bonito ejemplo para leer en familia los domingos, sí, señor]. Dios escuchó las oraciones de Lía, la que concibió y le dio a Jacob el quinto hijo [y luego dos más], aunque, claro, «entonces Dios se acordó de Raquel, oyó sus ruegos y le concedió ser fecunda» (Gn 30:14-22).
Tras perder la cuenta de tanto parto, once varones y una mujer, Jacob optó por independizarse y le pidió libertad y finiquito a su tío y suegro Labán; pero, fiel a su personalidad tramposa, Jacob le hará una sucia (y rentable) jugarreta al no menos marrullero padre de sus antes primas y ahora esposas.
Después de que Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo a Labán: «Déjame regresar a mi patria y mi tierra. Dame mis esposas y mis hijos, por quienes te he servido, y déjame partir, pues bien sabes con qué fidelidad te he servido».
Labán le contestó: «Hazme un favor. El cielo me hizo ver que Yavé me bendecía gracias a ti». Y agregó: «Dime cuánto te debo y te lo pagaré».
Jacob respondió: «Tú sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu rebaño conmigo. Poco era lo que tenías antes de que yo llegara aquí; pero después creció enormemente y Yavé te ha bendecido. ¿Cuándo, pues, podré trabajar para mi propia casa?».
Dijo Labán: «¿Qué te puedo dar?». Jacob respondió: «No me des nada, pero si haces por mí lo que voy a pedirte, seguiré cuidando tus rebaños. Hoy voy a revisar tus rebaños y pondré aparte todos los corderos negros, y también todos los cabritos manchados y rayados, y éste será mi salario. Comprobarás mi honradez el día de mañana cuando quieras verificar personalmente lo que me llevo. Todo lo que no sea manchado o rayado entre las cabras, ni negro entre los corderos, será considerado como un robo de mi parte».
Dijo Labán: «Está bien, sea como tú dices». Ese mismo día Labán puso aparte todos los cabritos rayados o con manchas, y a cuanto cordero había con color negro, y se los dio a sus hijos, y los mandó lejos de Jacob, a una distancia de tres días. Y Jacob se quedó cuidando el resto del rebaño de Labán.
Jacob se buscó entonces unas ramas verdes de chopo, almendro y plátano. Peló la corteza de las ramas haciendo franjas que dejaban al descubierto el blanco de la madera. Después las colocó ante las pilas y abrevaderos, justo delante de esas que al beber entraban en celo. Y las que se apareaban frente a las varas parían después crías rayadas, moteadas y manchadas. Entonces Jacob separaba los corderos. En una palabra, hacía que las ovejas del rebaño de Labán miraran todo lo que tenía rayas o era negro. Así se formó rebaños que le pertenecían y que apartaba de los de Labán.
Cada vez que entraban en celo las ovejas más robustas, Jacob volvía a poner en las pilas y abrevaderos las varas, a la vista de las ovejas, para que se aparearan ante ellas. Pero si las ovejas eran débiles, no ponía las varas. Así las débiles quedaban para Labán, y las robustas eran para Jacob.
Y el hombre se hizo muy rico, pues tenía grandes rebaños, muchos servidores y sirvientas, camellos y burros (Gn 30,25-43).
En el caso, harto probable, de que algún lector no hubiese captado la sutileza del engaño perpetrado por Jacob para saquear el rebaño de su tío Labán, le remitiremos al siempre autorizado criterio exegético de la muy católica versión bíblica de Nácar-Colunga, que anota este versículo, en su página 63, diciendo:
«La industria de Jacob es fácil de entender. Puesto que en los abrevaderos donde los machos suelen cubrir a las hembras, pone en los canales esas varas parcialmente descortezadas, para que, impresionando a los animales, venga el feto a tener el color variado de las mismas varas. El resultado correspondió a sus propósitos. San Crisóstomo y Teodoreto lo atribuyen a milagro. San Jerónimo, San Agustín y San Isidoro lo tienen por natural y lo confirman con varios ejemplos. Lo que no ofrece duda es que el autor sagrado ve en esto un efecto de la providencia especial de Dios sobre el patriarca».
Dado que la biología de los mamíferos artiodáctilos patihendidos no permite lograr lo que Dios afirmó con su palabra (y con total desconocimiento de las leyes genéticas que, según dicen, creó y todavía gestiona), sólo resta pensar que, efectivamente, hubo milagro y que Dios ayudó a Jacob a jugar con trampa para poder robarle la mejor y mayor parte de su ganado a Labán.
Por si quedaba alguna duda respecto a la complicidad e intervención directa de Dios en el expolio de los bienes de Labán, un poco más adelante se dice:
Y el Ángel de Dios me dijo en sueños: «¡Jacob!». Yo respondí: «Aquí estoy».
Y añadió: «Fíjate bien cómo los machos que cubren a las hembras son rayados, manchados y moteados. Esto es así porque he visto todas las cosas que Labán ha hecho contigo.
»Yo soy el Dios de Betel, en donde derramaste aceite sobre una piedra y me hiciste un juramento. Ahora, levántate y vuélvete a la tierra en que naciste».
Respondieron Raquel y Lía: «¿Acaso tenemos que ver algo todavía con la casa de nuestro padre, o somos aún sus herederas?
»¿No hemos sido tratadas como extrañas después que nos vendió y se comió nuestra plata?
»Pero Dios ha tomado las riquezas de nuestro padre y nos las ha dado a nosotras y a nuestros hijos. Haz, pues, todo lo que Dios te ha dicho».
Se levantó Jacob e hizo montar en camellos a sus mujeres e hijos.
Y se llevó todos sus rebaños y todos los bienes que había adquirido en Padán-Aram, volviendo donde su padre Isaac, a Canaán.
Aprovechando que Labán había salido a esquilar su rebaño, Ra
quel robó los ídolos familiares que su padre tenía en casa.
Jacob actuó a escondidas de Labán, y no le avisó nada sobre
su partida.
Tomó, pues, todo lo que poseía, y emprendió la huida. Atravesó el río Éufrates y se dirigió a las montañas de Galaad (Gn 31,11-21).
Tenemos aquí otro hermoso ejemplo de la conducta divina, que favorece activamente al sinvergüenza en perjuicio de terceros, que en el caso de Jacob eran de su propia familia, a la que roba con engaño y traición, huyendo con el botín aprovechando la ausencia de Labán, el legítimo propietario de todo lo expoliado.
El pésimo ejemplo se completa con una reprochable conducta familiar, al huir impidiendo que Labán se despida de sus hijas y nietos, y con un nuevo engaño de Rebeca para esconderle a su padre los dioses familiares que había robado.
Labán dijo a Jacob: «¿Qué me has hecho? Me has engañado, y te has llevado a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra.
»¿Por qué has huido en secreto engañándome? ¿Por qué no me avisaste? Yo habría hecho una fiesta para despedirte, con canciones, tambores y guitarra.
»Ni siquiera me has dejado besar a mis hijos y a mis hijas. Te has portado como un tonto.
»Yo podría hacerte mal, pero el Dios de tu padre me dijo anoche: "Cuídate de no discutir con Jacob, bien sea con amenazas o sin violencia" [de nuevo toma Dios partido por el delincuente y obliga a la víctima a acatar sus fechorías].
»Pero si te has ido porque echabas de menos a la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?».
Respondió Jacob a Labán: «Yo tuve miedo a que me quitaras tus hijas. Pero eso sí, al que descubras que tiene en su poder tus dioses, ése morirá». En presencia de nuestros hermanos, revisa todo lo que yo tengo, y si reconoces algo tuyo, llévatelo. Pero Jacob ignoraba que Raquel había robado los ídolos.
Entró Labán en la tienda de Jacob, después en la de Lía y en las de las dos criadas, pero no encontró nada. A continuación, entró en la tienda de Raquel, pero Raquel había tomado los ídolos familiares y colocándolos debajo de la montura del camello se sentó encima mientras Labán registraba toda su tienda y no encontraba nada.
Entonces ella, dirigiéndose a su padre, le dijo: «Perdone, mi señor, si no me pongo de pie ante su presencia, pero me sucede lo que le pasa a las mujeres». Registró, pues, y no encontró los ídolos (Gn 31,26-35).
El currículo de este gran patriarca comenzó a labrarse abusando de la simpleza de su hermano, al que robó los derechos de primogenitura engañando a su padre, y se fortaleció gracias a la riqueza que le robó con trampas (divinas, en este caso) a su tío y suegro Labán, no menos tramposo que él.
A pesar de su muy reprobable y vergonzoso proceder, Jacob mereció todos los parabienes y bendiciones de Dios, que le encumbró hasta la gloria en el organigrama del pueblo elegido:
Dios se apareció de nuevo a Jacob cuando regresaba de PadánAram y lo bendijo, diciendo: «Tu nombre es Jacob, pero desde ahora no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel». Así, pues, le puso por nombre Israel.
Y agregó: «Yo soy el Dios de las Alturas; sé fecundo y multiplícate. Una nación, o mejor, un grupo de naciones nacerá de ti, y reyes saldrán de tu linaje. Te daré la tierra que di a Abraham e Isaac, y la daré a tus descendientes después de ti» (Gn 35,9-12).
La palabra de Dios evidencia aquí su enseñanza: robarle a la familia no es punible y, en cualquier caso, bueno y acertado es el refrán popular que asevera que quien le roba a un ladrón se merece cien años de perdón.
Después de la canallada que le hizo Jacob a su hermano Esaú, Rebeca le aconsejó a su estafador retoño que pusiese tierra de por medio para salvar su pescuezo de la navaja justiciera de Esaú. Le sugirió huir a Jarán y buscar refugio en la casa de su hermano Labán.
Pero antes de emprender viaje, Isaac, su padre, que ya se había olvidado del tremendo disgusto que tenía apenas unos versículos antes —mostrando con ello que daba por buena la estafa que hizo Jacob a su familia y a la historia de su pueblo—, le bendijo de nuevo y le dio algunos consejos:
No te cases con ninguna mujer cananea. Ponte en camino y vete a Padán-Aram, a la casa de Batuel, el padre de tu madre, y elige allí una mujer para ti de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre. Que el Dios de las Alturas te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones (...) (Gn 28 1-2).
Llegado ya Jacob a las tierras de su tío Labán, éste salió a su encuentro:
Apenas supo Labán que Jacob era el hijo de su hermana, corrió a su encuentro, lo abrazó, lo besó, y lo llevó a su casa.
Jacob contó a Labán todo lo ocurrido, y Labán le dijo: «En verdad tú eres carne y hueso míos». Y Jacob se quedó allí con él durante un mes.
Entonces Labán le dijo: «¿Acaso porque eres hermano mío vas a trabajar para mí de balde? Dime cuál va a ser tu salario».
Labán tenía dos hijas: la mayor se llamaba Lía, y la menor Raquel. Lía no tenía brillo en sus ojos, mientras Raquel tenía buena presencia y era linda. Jacob se había enamorado de Raquel, así que le contestó: «Te serviré siete años por Raquel, tu hija menor».
Labán dijo: «Mejor te la doy a ti y no a cualquier otro hombre. Quédate, pues, conmigo».
Jacob trabajó siete años por Raquel, pero la amaba tanto, que los años le parecieron días. Entonces Jacob dijo a Labán: «Dame a mi esposa, pues se ha cumplido el plazo y ahora quiero vivir con ella».
Labán invitó a todos los del lugar y dio un banquete, y por la tarde, tomó a su hija Lía y se la llevó a Jacob, que se acostó con ella. Labán dio a Lía su propia esclava Zilpá, para que fuera sirvienta de ella.
A la mañana siguiente: ¡Caramba! ¡Lía! Jacob dijo a Labán: «¿Qué me has hecho? Yo te he servido por Raquel. ¿Por qué me has engañado?». Labán le respondió: «No se acostumbra por aquí dar la menor antes que la mayor. Deja que se termine la semana de bodas, y te daré también a mi hija menor, pero tendrás que prestarme servicios por otros siete años más».
Jacob lo aceptó, y al terminar la semana de bodas con Lía, Labán le entregó a su hija Raquel. Labán le dio a Raquel a su esclava Bilá como sierva.
Jacob se unió también a Raquel, y amó a Raquel más que a Lía. Y se quedó con Labán al que prestó servicios siete años más.
Al ver Yavé que Lía no era querida, le concedió ser fecunda, mientras que Raquel era estéril (Gn 29 15-31).
De nuevo tenemos a Dios metiendo baza para poder desencadenar conflictos familiares que podrían haberse ahorrado todos. Lía parió cuatro hijos, Rubén, Simeón, Leví y Judá, pero Jacob seguía prefiriendo a Raquel, aunque, eso sí, administraba su virilidad llegándose a ambas... pero no solamente a ellas, ya que la tremenda envidia que Raquel sentía por su hermana Lía llevó a que la cama de Jacob estuviese muy concurrida:
Raquel, viendo que no daba hijos a Jacob, se puso envidiosa de su hermana y dijo a Jacob: «Dame hijos, porque si no, me muero».
Entonces Jacob se enojó con Raquel y le dijo: «Si Dios te ha negado los hijos, ¿qué puedo hacer yo?». Ella le contestó: «Aquí tienes a mi esclava Bilá. Únete a ella y que dé a luz sobre mis rodillas. Así tendré yo también un hijo por medio de ella». Le dio, pues, a su esclava Bilá, y Jacob se unió a ella (Gn 30,1-8).
Pero, tras dos partos de la esclava Bilá en funciones de madre sustituta de Raquel, ésta andaba ya muy envalentonada frente a su hermana y la forzó a mover ficha:
Viendo Lía que había dejado de tener hijos, tomó a su sierva Zelfa y se la dio por mujer a Jacob. Y Zelfa, esclava de Lía, dio un hijo a Jacob [y luego un segundo, claro] (Gn 30,9-12).
Sin embargo, los líos, peleas y partos estaban lejos de acabar. Rubén, hijo de Lía, se encontró unas manzanas silvestres y Raquel le pidió algunas a su madre.
Le respondió Lía: «¿No te basta con haberme quitado el marido, que ahora quieres llevarte también las manzanas de mi hijo?». Raquel le dijo: «Muy bien, que duerma contigo esta noche, a cambio de las manzanas de tu hijo».
Cuando por la tarde llegaba Jacob del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: «Esta noche dormirás conmigo, pues te he alquilado por unas manzanas de mi hijo». Aquella noche, pues, durmió Jacob con ella [bonito ejemplo para leer en familia los domingos, sí, señor]. Dios escuchó las oraciones de Lía, la que concibió y le dio a Jacob el quinto hijo [y luego dos más], aunque, claro, «entonces Dios se acordó de Raquel, oyó sus ruegos y le concedió ser fecunda» (Gn 30:14-22).
Tras perder la cuenta de tanto parto, once varones y una mujer, Jacob optó por independizarse y le pidió libertad y finiquito a su tío y suegro Labán; pero, fiel a su personalidad tramposa, Jacob le hará una sucia (y rentable) jugarreta al no menos marrullero padre de sus antes primas y ahora esposas.
Después de que Raquel hubo dado a luz a José, Jacob dijo a Labán: «Déjame regresar a mi patria y mi tierra. Dame mis esposas y mis hijos, por quienes te he servido, y déjame partir, pues bien sabes con qué fidelidad te he servido».
Labán le contestó: «Hazme un favor. El cielo me hizo ver que Yavé me bendecía gracias a ti». Y agregó: «Dime cuánto te debo y te lo pagaré».
Jacob respondió: «Tú sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu rebaño conmigo. Poco era lo que tenías antes de que yo llegara aquí; pero después creció enormemente y Yavé te ha bendecido. ¿Cuándo, pues, podré trabajar para mi propia casa?».
Dijo Labán: «¿Qué te puedo dar?». Jacob respondió: «No me des nada, pero si haces por mí lo que voy a pedirte, seguiré cuidando tus rebaños. Hoy voy a revisar tus rebaños y pondré aparte todos los corderos negros, y también todos los cabritos manchados y rayados, y éste será mi salario. Comprobarás mi honradez el día de mañana cuando quieras verificar personalmente lo que me llevo. Todo lo que no sea manchado o rayado entre las cabras, ni negro entre los corderos, será considerado como un robo de mi parte».
Dijo Labán: «Está bien, sea como tú dices». Ese mismo día Labán puso aparte todos los cabritos rayados o con manchas, y a cuanto cordero había con color negro, y se los dio a sus hijos, y los mandó lejos de Jacob, a una distancia de tres días. Y Jacob se quedó cuidando el resto del rebaño de Labán.
Jacob se buscó entonces unas ramas verdes de chopo, almendro y plátano. Peló la corteza de las ramas haciendo franjas que dejaban al descubierto el blanco de la madera. Después las colocó ante las pilas y abrevaderos, justo delante de esas que al beber entraban en celo. Y las que se apareaban frente a las varas parían después crías rayadas, moteadas y manchadas. Entonces Jacob separaba los corderos. En una palabra, hacía que las ovejas del rebaño de Labán miraran todo lo que tenía rayas o era negro. Así se formó rebaños que le pertenecían y que apartaba de los de Labán.
Cada vez que entraban en celo las ovejas más robustas, Jacob volvía a poner en las pilas y abrevaderos las varas, a la vista de las ovejas, para que se aparearan ante ellas. Pero si las ovejas eran débiles, no ponía las varas. Así las débiles quedaban para Labán, y las robustas eran para Jacob.
Y el hombre se hizo muy rico, pues tenía grandes rebaños, muchos servidores y sirvientas, camellos y burros (Gn 30,25-43).
En el caso, harto probable, de que algún lector no hubiese captado la sutileza del engaño perpetrado por Jacob para saquear el rebaño de su tío Labán, le remitiremos al siempre autorizado criterio exegético de la muy católica versión bíblica de Nácar-Colunga, que anota este versículo, en su página 63, diciendo:
«La industria de Jacob es fácil de entender. Puesto que en los abrevaderos donde los machos suelen cubrir a las hembras, pone en los canales esas varas parcialmente descortezadas, para que, impresionando a los animales, venga el feto a tener el color variado de las mismas varas. El resultado correspondió a sus propósitos. San Crisóstomo y Teodoreto lo atribuyen a milagro. San Jerónimo, San Agustín y San Isidoro lo tienen por natural y lo confirman con varios ejemplos. Lo que no ofrece duda es que el autor sagrado ve en esto un efecto de la providencia especial de Dios sobre el patriarca».
Dado que la biología de los mamíferos artiodáctilos patihendidos no permite lograr lo que Dios afirmó con su palabra (y con total desconocimiento de las leyes genéticas que, según dicen, creó y todavía gestiona), sólo resta pensar que, efectivamente, hubo milagro y que Dios ayudó a Jacob a jugar con trampa para poder robarle la mejor y mayor parte de su ganado a Labán.
Por si quedaba alguna duda respecto a la complicidad e intervención directa de Dios en el expolio de los bienes de Labán, un poco más adelante se dice:
Y el Ángel de Dios me dijo en sueños: «¡Jacob!». Yo respondí: «Aquí estoy».
Y añadió: «Fíjate bien cómo los machos que cubren a las hembras son rayados, manchados y moteados. Esto es así porque he visto todas las cosas que Labán ha hecho contigo.
»Yo soy el Dios de Betel, en donde derramaste aceite sobre una piedra y me hiciste un juramento. Ahora, levántate y vuélvete a la tierra en que naciste».
Respondieron Raquel y Lía: «¿Acaso tenemos que ver algo todavía con la casa de nuestro padre, o somos aún sus herederas?
»¿No hemos sido tratadas como extrañas después que nos vendió y se comió nuestra plata?
»Pero Dios ha tomado las riquezas de nuestro padre y nos las ha dado a nosotras y a nuestros hijos. Haz, pues, todo lo que Dios te ha dicho».
Se levantó Jacob e hizo montar en camellos a sus mujeres e hijos.
Y se llevó todos sus rebaños y todos los bienes que había adquirido en Padán-Aram, volviendo donde su padre Isaac, a Canaán.
Aprovechando que Labán había salido a esquilar su rebaño, Ra
quel robó los ídolos familiares que su padre tenía en casa.
Jacob actuó a escondidas de Labán, y no le avisó nada sobre
su partida.
Tomó, pues, todo lo que poseía, y emprendió la huida. Atravesó el río Éufrates y se dirigió a las montañas de Galaad (Gn 31,11-21).
Tenemos aquí otro hermoso ejemplo de la conducta divina, que favorece activamente al sinvergüenza en perjuicio de terceros, que en el caso de Jacob eran de su propia familia, a la que roba con engaño y traición, huyendo con el botín aprovechando la ausencia de Labán, el legítimo propietario de todo lo expoliado.
El pésimo ejemplo se completa con una reprochable conducta familiar, al huir impidiendo que Labán se despida de sus hijas y nietos, y con un nuevo engaño de Rebeca para esconderle a su padre los dioses familiares que había robado.
Labán dijo a Jacob: «¿Qué me has hecho? Me has engañado, y te has llevado a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra.
»¿Por qué has huido en secreto engañándome? ¿Por qué no me avisaste? Yo habría hecho una fiesta para despedirte, con canciones, tambores y guitarra.
»Ni siquiera me has dejado besar a mis hijos y a mis hijas. Te has portado como un tonto.
»Yo podría hacerte mal, pero el Dios de tu padre me dijo anoche: "Cuídate de no discutir con Jacob, bien sea con amenazas o sin violencia" [de nuevo toma Dios partido por el delincuente y obliga a la víctima a acatar sus fechorías].
»Pero si te has ido porque echabas de menos a la casa de tu padre, ¿por qué me has robado mis dioses?».
Respondió Jacob a Labán: «Yo tuve miedo a que me quitaras tus hijas. Pero eso sí, al que descubras que tiene en su poder tus dioses, ése morirá». En presencia de nuestros hermanos, revisa todo lo que yo tengo, y si reconoces algo tuyo, llévatelo. Pero Jacob ignoraba que Raquel había robado los ídolos.
Entró Labán en la tienda de Jacob, después en la de Lía y en las de las dos criadas, pero no encontró nada. A continuación, entró en la tienda de Raquel, pero Raquel había tomado los ídolos familiares y colocándolos debajo de la montura del camello se sentó encima mientras Labán registraba toda su tienda y no encontraba nada.
Entonces ella, dirigiéndose a su padre, le dijo: «Perdone, mi señor, si no me pongo de pie ante su presencia, pero me sucede lo que le pasa a las mujeres». Registró, pues, y no encontró los ídolos (Gn 31,26-35).
El currículo de este gran patriarca comenzó a labrarse abusando de la simpleza de su hermano, al que robó los derechos de primogenitura engañando a su padre, y se fortaleció gracias a la riqueza que le robó con trampas (divinas, en este caso) a su tío y suegro Labán, no menos tramposo que él.
A pesar de su muy reprobable y vergonzoso proceder, Jacob mereció todos los parabienes y bendiciones de Dios, que le encumbró hasta la gloria en el organigrama del pueblo elegido:
Dios se apareció de nuevo a Jacob cuando regresaba de PadánAram y lo bendijo, diciendo: «Tu nombre es Jacob, pero desde ahora no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel». Así, pues, le puso por nombre Israel.
Y agregó: «Yo soy el Dios de las Alturas; sé fecundo y multiplícate. Una nación, o mejor, un grupo de naciones nacerá de ti, y reyes saldrán de tu linaje. Te daré la tierra que di a Abraham e Isaac, y la daré a tus descendientes después de ti» (Gn 35,9-12).
La palabra de Dios evidencia aquí su enseñanza: robarle a la familia no es punible y, en cualquier caso, bueno y acertado es el refrán popular que asevera que quien le roba a un ladrón se merece cien años de perdón.
viernes, 23 de septiembre de 2011
VIERNES CUCHILLERO: FE
FE: SARATOGA
Me miro en el espejo. Esta lejos, lo se.
pasaron los años y ella se fue.
Solo la nostalgia la hace llegar.
Como un susurro hoy quiere volar.
Eres la rabia de mi destino.
Eres la lucha de mi camino.
Solo recuerdos hoy logro atrapar.
¿Donde estas?
Es por ti que lloro en silencio, y puedo sentar junto a mi al dolor.
Por ti que sigo soñando, por ti que tengo destino.
Siento que labras el viento con sombras de negro silencio.
Es por ti que quiero vivir cruzando las puestas del mas haya.
Finjo en tu juego, no puedo huir.
Quisiera poder volver a nacer.
Miro a la ventana, te alejas de mi.
Como la tormenta regresas al mar.
Eres el tiempo que marca mi piel.
Eres la amiga que llena mi ser.
Solo un instante te voy a pedir.
Vuelve a mi.
Es por ti que lloro en silencio, y puedo sentar junto a mi al dolor.
Por ti que sigo soñando, por ti que tengo destino.
Siento que labras el viento con sombras de negro silencio.
Es por ti que quiero vivir cruzando las puestas del mas haya.
Volvieron los miedos, no quiero perder.
La mala suerte se acerca hacia mi.
Me pueden vencer hoy e nuevo, otra vez.
Ten por seguro, levantare.
Eres la vida que da sentido.
Eres la guia de mi cancion.
Me vuelvo loco si tu te vas.
Te alejaras.
Es por ti que lloro en silencio, y puedo sentar junto a mi al dolor.
Por ti que sigo soñando, por ti que tengo destino.
Siento que labras el viento con sombras de negro silencio.
Es por ti que quiero vivir cruzando las puestas del mas haya.
Me miro en el espejo. Esta lejos, lo se.
pasaron los años y ella se fue.
Solo la nostalgia la hace llegar.
Como un susurro hoy quiere volar.
Eres la rabia de mi destino.
Eres la lucha de mi camino.
Solo recuerdos hoy logro atrapar.
¿Donde estas?
Es por ti que lloro en silencio, y puedo sentar junto a mi al dolor.
Por ti que sigo soñando, por ti que tengo destino.
Siento que labras el viento con sombras de negro silencio.
Es por ti que quiero vivir cruzando las puestas del mas haya.
Finjo en tu juego, no puedo huir.
Quisiera poder volver a nacer.
Miro a la ventana, te alejas de mi.
Como la tormenta regresas al mar.
Eres el tiempo que marca mi piel.
Eres la amiga que llena mi ser.
Solo un instante te voy a pedir.
Vuelve a mi.
Es por ti que lloro en silencio, y puedo sentar junto a mi al dolor.
Por ti que sigo soñando, por ti que tengo destino.
Siento que labras el viento con sombras de negro silencio.
Es por ti que quiero vivir cruzando las puestas del mas haya.
Volvieron los miedos, no quiero perder.
La mala suerte se acerca hacia mi.
Me pueden vencer hoy e nuevo, otra vez.
Ten por seguro, levantare.
Eres la vida que da sentido.
Eres la guia de mi cancion.
Me vuelvo loco si tu te vas.
Te alejaras.
Es por ti que lloro en silencio, y puedo sentar junto a mi al dolor.
Por ti que sigo soñando, por ti que tengo destino.
Siento que labras el viento con sombras de negro silencio.
Es por ti que quiero vivir cruzando las puestas del mas haya.
jueves, 22 de septiembre de 2011
Mi otoño sin Tiempo
Que lento pasa el tiempo…
Pareciese que rompiera al viento.
En notas de amor que seducen al tiempo,
Y en cantos de dolor que asfixian al silencio,
Componiendo armonías que refrescan al viento,
En esta, mi sinfonía inconclusa en el tiempo...
Que lento pasa el tiempo…
En esta noche en la que mi llanto no es más que silencio.
Y tu voz es como un grito que destroza al viento,
Y tus brazos son el abrigo, que socorre a mi alma del tiempo,
En esta tarde de otoño, en la que mi corazón llora en silencio,
Al sentir tu partida junto al viento.
Y al recordar que al estar junto a ti... No Existía el Tiempo...
Autor: Francisco Vásconez
domingo, 18 de septiembre de 2011
LIBERTAD DE EXPRESIÓN????
Me tomare unos minutos de mi tiempo, dejando de hacer deberes (no es que ya me aburrí de hacer, bueno quizá un poco), para tratar un tema que ya me esta cansando, el tan sonado LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Cabe iniciar diciendo que yo soy uno de los afortunados que no tiene televisión y por tanto tiene la suerte de no ver u oír noticias, tampoco soy fan de los periódicos. Aún así el chisme es tal que uno se termina enterando de todo, aunque no quiera. En realidad tomar este tema me resulta gracioso, por qué se preguntaran???, pues muy simple los payasos son graciosos (aunque a mi me aterran). Bueno hablemos del payaso y del circo.
Empecemos con el payaso y con esto me refiero al señor Emilio Palacios (editor del Universo), la verdad es que no entiendo como una persona con tan poco criterio e intelecto llego a ser editor de un "importante periódico" en nuestro país, lo único que se me ocurre es que debió entregar las nalgas sin compasión y me disculpo por lo que dije, pero es que no le encuentro ninguna otra razón lógica. Este señor no sabe lo que es tener vergüenza en la cara, y lo peor es que quiere que el mundo lo vea como un martir, como una victima frente a un supuesto atentado contra la susodicha libertad de expresión. Perdónenme pero eso si que me hincha las pelotas. Y lo peor es que el pobre infeliz aparece con un montón de pruebas falsas para tratar de defenderse, resulta que el señorito este, es tan estúpido que ni siquiera sabe mentir, y lo peor es que hay gente que le cree, por el simple hecho de no coincidir con los ideales de la actual postura política.
En este punto creo que es necesario aclarar que yo no soy correista, tengo un criterio crítico contra el gobierno actual, pero es evidente que se han hecho cosas muy importantes, que hay muchas cosas que han cambiado, pero también hay que estar consientes que otras siguen igual que antes. Evidentemente no le podemos pedir un cambio tan radical a un gobierno en tan poco tiempo, el problema es que el cambio en algunos aspectos han sido tan radicales y rápidos que nos estamos acostumbrando a estos y por ende nos hemos vuelto más exigentes. Bueno, volviendo al punto del payasito.
En realidad me da mucha pena ver como es que mucha gente se a unido a la lucha del payasito, pues ahora aparecen los CABREADOS, que hijitos de las 3500 meretrises de Babilonia, y perdón nuevamente que me exalte, pero esta gente por favor, yo no sé como llegan a tener espacios de poder... Esto no es más que evidencia que el simple hecho de tener dinero les da instancias de poder... pero por favor... no se dan cuenta que lo único que hacen es el ridículo... me encantaría decirle a algunitos de estos sinverguenzas en la cara que no son más que una BOLA DE HIPÓCRITAS, y me gustaría ver como reaccionan, si en verdad defienden lo que tanto dicen de seguro me darían un puesto en sus partiditos, ya que al igual que ellos yo tengo el derecho de defender lo que pienso, tengo el derecho de DEFENDER MI LIBERTAD DE EXPRESIÓN... pues según sus sabias teorias, a ellos no les queda más que aceptar lo que a mi me salga del estomago.
El problema, creo yo, es que la gente no ha aprendido a ponerse en los zapatos de los demás. Y eso es triste. "Si uno no sabe ponerse en los zapatos del otro, nunca podrá entender a la sociedad, y por más buenas intensiones que tenga nunca podrá entender y ayudar a la gente que en verdad los necesita, a toda esa gente que a vivido tragandose sus mentiras y que aún asi les sigue dando el voto, porque en ellos aún vive la esperanza de que se acuerden de ellos".
La verdad esto me da mucha tristeza e íra, en realidad me siento impotente, frente a una realidad tan de a perro, tan de a chiste y NO PODER HACER NADA... la verdad es que a veces me gustaria tener una DEATH NOTE y acabar con tanta estupides, y no solo en este pais si no en todo el mundo... HOY EN DÍA SE HACEN GUERRAS SOLO PARA GANAR DINERO... por favor, que es esto... MALDICIÓN QUE LES PASA, APRENDAN A RESPETAR LA VIDA... RESPETEN MI VIDA...
Ya no tengo ni ganas de hablar del circo (pero me toca), esos del Universo... pobres ridiculos, agradezcan que yo no estaba en el percance que se dio en sus oficinas en las calles Veintimilla y 12 de Octubre porque por mi vida que los denunciaba... pobres desgraciados e inhumanos... procederé a contarles lo que paso...
Bueno esto no me pasó a mí, pero si a dos de mis compañeros y amigos de carrera: Resulta que en una tarde de lluvia un señor se proponía ingresar a las oficinas del Universo en la dirección antes mencionada, y como sabrán los que han pasado frente a ese lujoso edificio, la valdosa del frente de este edificio es más resbalosa que el jabón, esto cuando llueve; quizá es culpa del constructor por no usar el material adecuado para pisos (no le puedo culpar al Universo de eso), pero si puedo acusarlos de esto: dicho señor que estaba dispuesto a entrar al universo se pega un tremendo resbalón y termina cayendo de nuca contra el piso, el golpe fue tal que se rompió la cabeza. Como es obvio de cualquier persona, mis amigos corren a socorrerlo, ya que el señor quedó inconsciente. Mis amigos sin poder hacer nada por no contar con saldo para llamar a una ambulancia o un auto para llevarlo a un hospital, corren a pedir socorro a los señores del Universo. En donde, empezando por el guardia, no les permite ingresar (es más, los mira como si fuesen delincuentes, bueno esas caritas no ayudan tampoco...jeje) y se hace el tonto sobre aquel accidente. A la final consiguieron pedir ayuda a los señores del Universo y mágicamente o pura coincidencia, todos se hacen los tontos, cuando lo único que debian hacer es llamar a una ambulancia. A la final, y creo yo, por el único hecho de no tener a un muerto frente a sus instalaciones, ya que eso no es UNA BUENA NOTICIA, una humilde secretaria (bueno no se su cargo) termina por hacer lo evidente.
Como mierda no me va a dar coraje, ahora que paso por ahí, al fin ponen unas bandas de caucho para evitar que la gente se caiga cuando llueve... y aún más indignante es ver como ponen su telita negra, como un símbolo de lucha contra la "libertad de expresión"... pues yo les digo, me hubiera gustado estar ahí para filmar todo lo que paso y ver si aún así siguen hechos las victimas y defendiendo el supuesto atentado contra ellos... SINCERAMENTE ME LLENO DE VERGUENZA AGENA AL SABER QUE HAY GENTE DE ESA CALAÑA Y PEOR AL SABER QUE ESTA GENTE ES LA ENCARGADA DE INFORMARNOS, y a la final terminar creyendo lo que dicen... PUES DE TODO ESTO ALGO ES CLARO, DOY GRACIAS POR NO TENER TELEVISIÓN Y NO PASAR VIENDO TANTA ESTUPIDES EN VIVO.
"Qué pronto había aprendido la gente a volverse CANÍBAL, desde que la televisión entro a las casas, todos se habían acostumbrado a COMER PAN CON CADÁVERES" Andrea Camilleri.
Recomiendo escuchar la cancion de LA PIÑATA, EL MENÚ DE HOY... es una pena que no encontré el video de esta canción tocada en los estudios de TELEMATANZAS...
Empecemos con el payaso y con esto me refiero al señor Emilio Palacios (editor del Universo), la verdad es que no entiendo como una persona con tan poco criterio e intelecto llego a ser editor de un "importante periódico" en nuestro país, lo único que se me ocurre es que debió entregar las nalgas sin compasión y me disculpo por lo que dije, pero es que no le encuentro ninguna otra razón lógica. Este señor no sabe lo que es tener vergüenza en la cara, y lo peor es que quiere que el mundo lo vea como un martir, como una victima frente a un supuesto atentado contra la susodicha libertad de expresión. Perdónenme pero eso si que me hincha las pelotas. Y lo peor es que el pobre infeliz aparece con un montón de pruebas falsas para tratar de defenderse, resulta que el señorito este, es tan estúpido que ni siquiera sabe mentir, y lo peor es que hay gente que le cree, por el simple hecho de no coincidir con los ideales de la actual postura política.
En este punto creo que es necesario aclarar que yo no soy correista, tengo un criterio crítico contra el gobierno actual, pero es evidente que se han hecho cosas muy importantes, que hay muchas cosas que han cambiado, pero también hay que estar consientes que otras siguen igual que antes. Evidentemente no le podemos pedir un cambio tan radical a un gobierno en tan poco tiempo, el problema es que el cambio en algunos aspectos han sido tan radicales y rápidos que nos estamos acostumbrando a estos y por ende nos hemos vuelto más exigentes. Bueno, volviendo al punto del payasito.
En realidad me da mucha pena ver como es que mucha gente se a unido a la lucha del payasito, pues ahora aparecen los CABREADOS, que hijitos de las 3500 meretrises de Babilonia, y perdón nuevamente que me exalte, pero esta gente por favor, yo no sé como llegan a tener espacios de poder... Esto no es más que evidencia que el simple hecho de tener dinero les da instancias de poder... pero por favor... no se dan cuenta que lo único que hacen es el ridículo... me encantaría decirle a algunitos de estos sinverguenzas en la cara que no son más que una BOLA DE HIPÓCRITAS, y me gustaría ver como reaccionan, si en verdad defienden lo que tanto dicen de seguro me darían un puesto en sus partiditos, ya que al igual que ellos yo tengo el derecho de defender lo que pienso, tengo el derecho de DEFENDER MI LIBERTAD DE EXPRESIÓN... pues según sus sabias teorias, a ellos no les queda más que aceptar lo que a mi me salga del estomago.
El problema, creo yo, es que la gente no ha aprendido a ponerse en los zapatos de los demás. Y eso es triste. "Si uno no sabe ponerse en los zapatos del otro, nunca podrá entender a la sociedad, y por más buenas intensiones que tenga nunca podrá entender y ayudar a la gente que en verdad los necesita, a toda esa gente que a vivido tragandose sus mentiras y que aún asi les sigue dando el voto, porque en ellos aún vive la esperanza de que se acuerden de ellos".
La verdad esto me da mucha tristeza e íra, en realidad me siento impotente, frente a una realidad tan de a perro, tan de a chiste y NO PODER HACER NADA... la verdad es que a veces me gustaria tener una DEATH NOTE y acabar con tanta estupides, y no solo en este pais si no en todo el mundo... HOY EN DÍA SE HACEN GUERRAS SOLO PARA GANAR DINERO... por favor, que es esto... MALDICIÓN QUE LES PASA, APRENDAN A RESPETAR LA VIDA... RESPETEN MI VIDA...
Ya no tengo ni ganas de hablar del circo (pero me toca), esos del Universo... pobres ridiculos, agradezcan que yo no estaba en el percance que se dio en sus oficinas en las calles Veintimilla y 12 de Octubre porque por mi vida que los denunciaba... pobres desgraciados e inhumanos... procederé a contarles lo que paso...
Bueno esto no me pasó a mí, pero si a dos de mis compañeros y amigos de carrera: Resulta que en una tarde de lluvia un señor se proponía ingresar a las oficinas del Universo en la dirección antes mencionada, y como sabrán los que han pasado frente a ese lujoso edificio, la valdosa del frente de este edificio es más resbalosa que el jabón, esto cuando llueve; quizá es culpa del constructor por no usar el material adecuado para pisos (no le puedo culpar al Universo de eso), pero si puedo acusarlos de esto: dicho señor que estaba dispuesto a entrar al universo se pega un tremendo resbalón y termina cayendo de nuca contra el piso, el golpe fue tal que se rompió la cabeza. Como es obvio de cualquier persona, mis amigos corren a socorrerlo, ya que el señor quedó inconsciente. Mis amigos sin poder hacer nada por no contar con saldo para llamar a una ambulancia o un auto para llevarlo a un hospital, corren a pedir socorro a los señores del Universo. En donde, empezando por el guardia, no les permite ingresar (es más, los mira como si fuesen delincuentes, bueno esas caritas no ayudan tampoco...jeje) y se hace el tonto sobre aquel accidente. A la final consiguieron pedir ayuda a los señores del Universo y mágicamente o pura coincidencia, todos se hacen los tontos, cuando lo único que debian hacer es llamar a una ambulancia. A la final, y creo yo, por el único hecho de no tener a un muerto frente a sus instalaciones, ya que eso no es UNA BUENA NOTICIA, una humilde secretaria (bueno no se su cargo) termina por hacer lo evidente.
Como mierda no me va a dar coraje, ahora que paso por ahí, al fin ponen unas bandas de caucho para evitar que la gente se caiga cuando llueve... y aún más indignante es ver como ponen su telita negra, como un símbolo de lucha contra la "libertad de expresión"... pues yo les digo, me hubiera gustado estar ahí para filmar todo lo que paso y ver si aún así siguen hechos las victimas y defendiendo el supuesto atentado contra ellos... SINCERAMENTE ME LLENO DE VERGUENZA AGENA AL SABER QUE HAY GENTE DE ESA CALAÑA Y PEOR AL SABER QUE ESTA GENTE ES LA ENCARGADA DE INFORMARNOS, y a la final terminar creyendo lo que dicen... PUES DE TODO ESTO ALGO ES CLARO, DOY GRACIAS POR NO TENER TELEVISIÓN Y NO PASAR VIENDO TANTA ESTUPIDES EN VIVO.
"Qué pronto había aprendido la gente a volverse CANÍBAL, desde que la televisión entro a las casas, todos se habían acostumbrado a COMER PAN CON CADÁVERES" Andrea Camilleri.
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LUZ DEL DOMINGO XXXIII
DE CHANCHULLERO A PATRIARCA: JACOB ENGAÑÓ A SU HERMANO ESAÚ Y A SU PADRE ISAAC, CIEGO, PARA APODERARSE DE LOS DERECHOS DE PRIMOGENITURA
Jacob, el tercer patriarca de Israel, hijo de Isaac y Rebeca, nacido junto a su mellizo Esaú, representa un claro ejemplo de que los más marrulleros gozan siempre del beneplácito divino.
Su historia ya apuntaba maneras desde el mismísimo seno materno. Rebeca, que, como muchas otras madres de grandes personajes bíblicos, era estéril pero concibió por voluntad divina, ya notó cómo sus hijos se peleaban dentro de su vientre y buscó el asesoramiento de Dios, que le respondió: «Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se separarán desde tus entrañas. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor» (Gn 25,23).
Dios, que siempre parece más proclive a meter cizaña que a facilitar las cosas, decantó las preferencias de cada progenitor por un hijo. Isaac prefería a Esaú, el mayor «llegó a ser un experto cazador y un hombre de campo abierto», porque al patriarca «le gustaba la caza». Jacob, que «era un hombre tranquilo a quien le gustaba estar en la tienda», era el preferido de la madre y, por lo que se ve, un manitas que hacía maravillas con los fogones. Y gracias a la cocina, este marrullero consentido de mamá pudo perpetrar su primera sinvergonzonería conocida:
En cierta ocasión estaba Jacob cocinando un guiso, cuando llegó Esaú del campo, muy agotado. Dijo Esaú a Jacob: «Por favor, dame un poco de ese guiso rojizo, pues estoy hambriento» (por eso fue llamado Edom, o sea, rojizo).
Jacob le dijo: «Me vendes, pues, ahora mismo tus derechos de primogénito» [ahí es ná la generosidad y honradez de hermano con la que se descolgó este santo varón como quien no quiere la cosa, pero exigiendo el pago al contado, para hoy mismo].
Esaú le respondió: «Estoy que me muero, ¿qué me importan mis derechos de primogénito?».
Jacob insistió: «Júramelo ahora mismo». Y lo juró, vendiéndole sus derechos.
Jacob entonces dio a su hermano pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, y después se marchó. No hizo mayor caso de sus derechos de primogénito (Gn 25,29-34).
Aquí ya encontramos dos elevadas (moralmente hablando) enseñanzas de la palabra de Dios: a) si uno es tonto, que se atenga a las consecuencias y se fastidie, que el reino de Dios sólo es para los listos; y b) si puedes aprovecharte y engañar a tu propio hermano, para qué ir a delinquir fuera de casa.
Prosigamos. Dios estaba en el ajo, pero Isaac no. Y no debía de ser muy licita la compraventa de los derechos de primogenitura a juzgar por los engaños que tuvo que poner en marcha Jacob para quedárselos y dejar en la cuneta a su hermano mayor. Lo que sigue es el primer boceto de guión de la historia apto para uno de esos culebrones televisivos de alta escabrosidad familiar. Isaac, viejo y ciego, llamó a su preferido Esaú y le dijo:
Mira que ya estoy viejo e ignoro el día de mi muerte. Así, pues, toma tus armas, tu arco y la caja de las flechas, sal al campo y caza alguna pieza para mí. Luego me preparas un guiso como a mí me gusta y me lo sirves, y yo te daré la bendición antes de que muera.
Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú. Cuando éste se fue al campo en busca de caza para su padre, Rebeca dijo a su hijo Jacob: «Acabo de oír a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú y le dijo: "Vete a cazar y prepárame un guiso, para que yo lo coma y te pueda bendecir ante Yavé, antes de morirme". Ahora, pues, hijo, escúchame y haz cuanto te diga. Anda al corral y tráeme dos cabritos de los mejores que haya [al parecer, el viejo conservaba un buen apetito]; con ellos haré un guiso como le gusta a tu padre. Después tú se lo presentas a tu padre para que lo coma y te bendiga antes de su muerte».
Jacob dijo a su madre Rebeca: «Pero mi padre sabe que yo soy lampiño y mi hermano muy velludo. Si me toca se dará cuenta del engaño y recibiré una maldición en lugar de una bendición».
Su madre le replicó: «Tomo para mí la maldición. Pero tú, hijo mío, hazme caso, y ve a buscar lo que te pedí». Fue, pues, a buscarlo y se lo llevó a su madre, que preparó para su padre uno de sus platos preferidos. Después, tomando las mejores ropas del hijo mayor Esaú, que tenía en casa, vistió con ellas a Jacob, su hijo menor. Con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y la parte lampiña del cuello, y luego puso en las manos de Jacob el guiso y el pan que había preparado.
Jacob entró donde estaba su padre y le dijo: «¡Padre!». Él le preguntó: «Sí, hijo mío. ¿Quién eres?».
Y Jacob dijo a su padre: «Soy Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me mandaste. Levántate, siéntate y come la caza que te he traído. Después me bendecirás».
Dijo Isaac: «¡Qué pronto lo has encontrado, hijo!». Contestó Jacob: «Es que Yavé, tu Dios, me ha dado buena suerte».
Isaac le dijo: «Acércate, pues quiero tocarte y comprobar si eres o no mi hijo Esaú». Jacob se acercó a su padre Isaac, quien lo palpó y dijo: «La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú». Y no lo reconoció, pues sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo [en este relato pueril y absurdo, el patriarca Isaac queda reflejado como un ser más simple que el mecanismo de un lapicero... pero así son todas las historias inspiradas por Dios] (...) Volvió a preguntarle: «¿Eres de verdad mi hijo Esaú?». Contestó Jacob: «Sí, yo soy».
Isaac continuó: «Acércame la caza que me has preparado, hijo mío, para que la coma y te dé mi bendición». Jacob le sirvió y comió. También le ofreció vino, y bebió.
Entonces Isaac le dijo: «Acércate y bésame, hijo mío». Jacob se acercó y le besó. Al sentir Isaac el perfume de su ropa, lo bendijo (...)
Apenas Isaac había terminado de bendecirle, y Jacob había salido de la pieza de su padre, cuando llegó Esaú, su hermano, con el producto de su caza. Preparó también el guiso y se lo llevó a su padre, diciendo: «Levántate, padre, y come la caza que tu hijo te ha preparado, de manera que me puedas dar tu bendición» (Gn 27,1-31).
Lo que siguió es patetismo en primer grado. Que si «tu hermano ha venido, me ha engañado y se ha tomado tu bendición». Que si «¿y no me has reservado alguna bendición?». Pues que va a ser que no, aunque intentó tranquilizarle el padre diciendo: «Mira, vivirás lejos de las tierras fértiles y lejos del rocío del cielo. De tu espada vivirás y a tu hermano servirás; pero cuando así lo quieras, quitarás su yugo de tu cuello» (Gn 27,32-46). Pero a Esaú, claro, ese destino no le hizo mucha gracia y decidió matar a su hermano, que por algo era un personaje de la Biblia y este tipo de venganzas intrafamiliares son las que más entretienen a Dios.
Dios contempló divertido, callado y complacido la canallada urdida por Rebeca y Jacob en contra de su protegido Isaac, al que despojaron de su derecho paterno cuando más vulnerable estaba, pero ello le convenía a los planes divinos y por eso, en esa casa, prosperó el delito con impunidad.
La palabra de Dios evidencia aquí su enseñanza: engañar y robar al hermano y traicionar al padre son conductas aceptables.
Jacob, el tercer patriarca de Israel, hijo de Isaac y Rebeca, nacido junto a su mellizo Esaú, representa un claro ejemplo de que los más marrulleros gozan siempre del beneplácito divino.
Su historia ya apuntaba maneras desde el mismísimo seno materno. Rebeca, que, como muchas otras madres de grandes personajes bíblicos, era estéril pero concibió por voluntad divina, ya notó cómo sus hijos se peleaban dentro de su vientre y buscó el asesoramiento de Dios, que le respondió: «Dos naciones hay en tu seno; dos pueblos se separarán desde tus entrañas. Uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor» (Gn 25,23).
Dios, que siempre parece más proclive a meter cizaña que a facilitar las cosas, decantó las preferencias de cada progenitor por un hijo. Isaac prefería a Esaú, el mayor «llegó a ser un experto cazador y un hombre de campo abierto», porque al patriarca «le gustaba la caza». Jacob, que «era un hombre tranquilo a quien le gustaba estar en la tienda», era el preferido de la madre y, por lo que se ve, un manitas que hacía maravillas con los fogones. Y gracias a la cocina, este marrullero consentido de mamá pudo perpetrar su primera sinvergonzonería conocida:
En cierta ocasión estaba Jacob cocinando un guiso, cuando llegó Esaú del campo, muy agotado. Dijo Esaú a Jacob: «Por favor, dame un poco de ese guiso rojizo, pues estoy hambriento» (por eso fue llamado Edom, o sea, rojizo).
Jacob le dijo: «Me vendes, pues, ahora mismo tus derechos de primogénito» [ahí es ná la generosidad y honradez de hermano con la que se descolgó este santo varón como quien no quiere la cosa, pero exigiendo el pago al contado, para hoy mismo].
Esaú le respondió: «Estoy que me muero, ¿qué me importan mis derechos de primogénito?».
Jacob insistió: «Júramelo ahora mismo». Y lo juró, vendiéndole sus derechos.
Jacob entonces dio a su hermano pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, y después se marchó. No hizo mayor caso de sus derechos de primogénito (Gn 25,29-34).
Aquí ya encontramos dos elevadas (moralmente hablando) enseñanzas de la palabra de Dios: a) si uno es tonto, que se atenga a las consecuencias y se fastidie, que el reino de Dios sólo es para los listos; y b) si puedes aprovecharte y engañar a tu propio hermano, para qué ir a delinquir fuera de casa.
Prosigamos. Dios estaba en el ajo, pero Isaac no. Y no debía de ser muy licita la compraventa de los derechos de primogenitura a juzgar por los engaños que tuvo que poner en marcha Jacob para quedárselos y dejar en la cuneta a su hermano mayor. Lo que sigue es el primer boceto de guión de la historia apto para uno de esos culebrones televisivos de alta escabrosidad familiar. Isaac, viejo y ciego, llamó a su preferido Esaú y le dijo:
Mira que ya estoy viejo e ignoro el día de mi muerte. Así, pues, toma tus armas, tu arco y la caja de las flechas, sal al campo y caza alguna pieza para mí. Luego me preparas un guiso como a mí me gusta y me lo sirves, y yo te daré la bendición antes de que muera.
Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con Esaú. Cuando éste se fue al campo en busca de caza para su padre, Rebeca dijo a su hijo Jacob: «Acabo de oír a tu padre que hablaba con tu hermano Esaú y le dijo: "Vete a cazar y prepárame un guiso, para que yo lo coma y te pueda bendecir ante Yavé, antes de morirme". Ahora, pues, hijo, escúchame y haz cuanto te diga. Anda al corral y tráeme dos cabritos de los mejores que haya [al parecer, el viejo conservaba un buen apetito]; con ellos haré un guiso como le gusta a tu padre. Después tú se lo presentas a tu padre para que lo coma y te bendiga antes de su muerte».
Jacob dijo a su madre Rebeca: «Pero mi padre sabe que yo soy lampiño y mi hermano muy velludo. Si me toca se dará cuenta del engaño y recibiré una maldición en lugar de una bendición».
Su madre le replicó: «Tomo para mí la maldición. Pero tú, hijo mío, hazme caso, y ve a buscar lo que te pedí». Fue, pues, a buscarlo y se lo llevó a su madre, que preparó para su padre uno de sus platos preferidos. Después, tomando las mejores ropas del hijo mayor Esaú, que tenía en casa, vistió con ellas a Jacob, su hijo menor. Con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y la parte lampiña del cuello, y luego puso en las manos de Jacob el guiso y el pan que había preparado.
Jacob entró donde estaba su padre y le dijo: «¡Padre!». Él le preguntó: «Sí, hijo mío. ¿Quién eres?».
Y Jacob dijo a su padre: «Soy Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me mandaste. Levántate, siéntate y come la caza que te he traído. Después me bendecirás».
Dijo Isaac: «¡Qué pronto lo has encontrado, hijo!». Contestó Jacob: «Es que Yavé, tu Dios, me ha dado buena suerte».
Isaac le dijo: «Acércate, pues quiero tocarte y comprobar si eres o no mi hijo Esaú». Jacob se acercó a su padre Isaac, quien lo palpó y dijo: «La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú». Y no lo reconoció, pues sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo [en este relato pueril y absurdo, el patriarca Isaac queda reflejado como un ser más simple que el mecanismo de un lapicero... pero así son todas las historias inspiradas por Dios] (...) Volvió a preguntarle: «¿Eres de verdad mi hijo Esaú?». Contestó Jacob: «Sí, yo soy».
Isaac continuó: «Acércame la caza que me has preparado, hijo mío, para que la coma y te dé mi bendición». Jacob le sirvió y comió. También le ofreció vino, y bebió.
Entonces Isaac le dijo: «Acércate y bésame, hijo mío». Jacob se acercó y le besó. Al sentir Isaac el perfume de su ropa, lo bendijo (...)
Apenas Isaac había terminado de bendecirle, y Jacob había salido de la pieza de su padre, cuando llegó Esaú, su hermano, con el producto de su caza. Preparó también el guiso y se lo llevó a su padre, diciendo: «Levántate, padre, y come la caza que tu hijo te ha preparado, de manera que me puedas dar tu bendición» (Gn 27,1-31).
Lo que siguió es patetismo en primer grado. Que si «tu hermano ha venido, me ha engañado y se ha tomado tu bendición». Que si «¿y no me has reservado alguna bendición?». Pues que va a ser que no, aunque intentó tranquilizarle el padre diciendo: «Mira, vivirás lejos de las tierras fértiles y lejos del rocío del cielo. De tu espada vivirás y a tu hermano servirás; pero cuando así lo quieras, quitarás su yugo de tu cuello» (Gn 27,32-46). Pero a Esaú, claro, ese destino no le hizo mucha gracia y decidió matar a su hermano, que por algo era un personaje de la Biblia y este tipo de venganzas intrafamiliares son las que más entretienen a Dios.
Dios contempló divertido, callado y complacido la canallada urdida por Rebeca y Jacob en contra de su protegido Isaac, al que despojaron de su derecho paterno cuando más vulnerable estaba, pero ello le convenía a los planes divinos y por eso, en esa casa, prosperó el delito con impunidad.
La palabra de Dios evidencia aquí su enseñanza: engañar y robar al hermano y traicionar al padre son conductas aceptables.
viernes, 16 de septiembre de 2011
VIERNES CUCHILLERO: ADIOS DULCINEA
ADIOS DULCINEA: MAGO DE OZ
He decidido escribirte
después de tanto llorar.
Mis lágrimas hoy son estos versos que
tu ausencia nunca podrá borrar.
Me voy como vine a tu vida.
Sin hacer ruido me despido, me voy.
Pero me cuesta tanto olvidarte,
me cuesta tanto decirte adiós...
Hoy he vuelto a entender que
jamás volverán
aquellos paseos de vuelta al hotel
en los que tú me empujabas para no perder
ni un solo instante en hacer el amor.
Dejaré de verte crecer
me marcho a vivir
donde habita el olvido
e intentaré buscar
otro camino, otro amor.
Cada vez que intento perder
el miedo a caer,
me tropiezo en mí mismo
y dejo escapar
a quien me ha querido,
y me quedo sin luz.
El suelo de mi vida se viste
se abriga con hijas de un adiós.
mi destino es amar y despedirme,
pedir permiso para vivir.
Te dejaste olvidados en cada rincón
de mi alma, trocitos de tu corazón.
Te dejaste olvidado en mi alma tu olor.
dormía abrazado a una flor.
Dejaré de verte crecer,
me marcho a vivir
donde habita el olvido
e intentaré buscar
otro camino, otro amor.
Y no sé si me perderé
o me encontraré,
me siento tan solo,
pero a mi infierno iré
en busca de todo lo que no te di.
Hoy he vuelto a entender
que jamás volverás
a acariciarme antes de dormir,
y pegada a mi pecho
me pidas que
te abrace y no te deje ir.
Dejaré de verte crecer,
me tengo que ir
y encontrar mi camino.
Y nunca olvidaré
lo que me has querido, amor.
Cada vez que intento perder
el miedo a caer,
me tropiezo en mí mismo
y dejo escapar
a quien me ha querido,
y me quedo sin luz.
Adiós, mí vida, me voy,
te dejo marchar.
Viviré en tus recuerdos,
jamás te olvidaré.
Adiós Dulcinea, me voy.
Y si nos volvemos a ver,
solo abrázame.
Sigo siendo aquel niño
con miedo a madurar.
Duermo pegado a tu foto, mí amor.
He decidido escribirte
después de tanto llorar.
Mis lágrimas hoy son estos versos que
tu ausencia nunca podrá borrar.
Me voy como vine a tu vida.
Sin hacer ruido me despido, me voy.
Pero me cuesta tanto olvidarte,
me cuesta tanto decirte adiós...
Hoy he vuelto a entender que
jamás volverán
aquellos paseos de vuelta al hotel
en los que tú me empujabas para no perder
ni un solo instante en hacer el amor.
Dejaré de verte crecer
me marcho a vivir
donde habita el olvido
e intentaré buscar
otro camino, otro amor.
Cada vez que intento perder
el miedo a caer,
me tropiezo en mí mismo
y dejo escapar
a quien me ha querido,
y me quedo sin luz.
El suelo de mi vida se viste
se abriga con hijas de un adiós.
mi destino es amar y despedirme,
pedir permiso para vivir.
Te dejaste olvidados en cada rincón
de mi alma, trocitos de tu corazón.
Te dejaste olvidado en mi alma tu olor.
dormía abrazado a una flor.
Dejaré de verte crecer,
me marcho a vivir
donde habita el olvido
e intentaré buscar
otro camino, otro amor.
Y no sé si me perderé
o me encontraré,
me siento tan solo,
pero a mi infierno iré
en busca de todo lo que no te di.
Hoy he vuelto a entender
que jamás volverás
a acariciarme antes de dormir,
y pegada a mi pecho
me pidas que
te abrace y no te deje ir.
Dejaré de verte crecer,
me tengo que ir
y encontrar mi camino.
Y nunca olvidaré
lo que me has querido, amor.
Cada vez que intento perder
el miedo a caer,
me tropiezo en mí mismo
y dejo escapar
a quien me ha querido,
y me quedo sin luz.
Adiós, mí vida, me voy,
te dejo marchar.
Viviré en tus recuerdos,
jamás te olvidaré.
Adiós Dulcinea, me voy.
Y si nos volvemos a ver,
solo abrázame.
Sigo siendo aquel niño
con miedo a madurar.
Duermo pegado a tu foto, mí amor.
jueves, 15 de septiembre de 2011
En el Silencio de mi Soledad
Pasan las noches y mi alma sigue vacía,
La oscuridad no me asusta, ella es mi única guía
Cuando el silencio esconde más odio que amor,
Es cuando recuerdo que junto a ti, ya no existe el dolor.
Amor es lo que quiero oír en ese silencio.
Estas frente a mí, pero solo me miro a mi mismo como en un espejo
Ahora no eres más que un vago recuerdo en silencio
De una tarde de abril en la que te robe un beso.
Extraño perderme en tus ojos,
Tú tiritar en esas tardes de frío.
Y también extraño, el soñar al ritmo de tus latidos
Pues ahora solo existo, al igual que un objeto vacío.
Aún te busco, pero no te encuentro
Soy un idiota, pues no supe expresarme a tiempo
Yo “temo”, cuando en realidad “te amo”
Y no hay más diferencia que “un grito desafiante, al silencio de mi soledad”
Autor: Francisco Vásconez
domingo, 11 de septiembre de 2011
LUZ DEL DOMINGO XXXII
DIECISÉIS MANDAMIENTOS INMORALES DE DIOS
1. Lo que uno consagre a Yavé por anatema, cualquier cosa que le pertenece, hombre, animal o campo de su herencia, no podrá venderse o rescatarse. Todo anatema es cosa muy sagrada para Yavé. Por esto ningún ser humano consagrado como anatema será rescatado: será muerto (Lv 27,28-29). Éste es uno de los mandatos más salvajes de Dios, ya que él mismo ordenó que decenas de poblaciones enteras, tras ser sometidas a espada por los hebreos, fuesen condenadas al «anatema», esto es, que todos sus habitantes, de cualquier edad, sexo y condición (con excepción de las muchachas vírgenes), así como sus ganados, fuesen asesinados, pasados a cuchillo, sin piedad ninguna, por esas hordas de Dios.
2. Cuando te acerques a una ciudad para sitiarla, le propondrás la paz. Si ella te la acepta y te abre las puertas, toda la gente que en ella se encuentre salvará su vida. Te pagarán impuestos y te servirán. Si no acepta la paz que tú le propones y te declara la guerra, la sitiarás. Y cuando Yavé, tu Dios, la entregue en tus manos pasarás a cuchillo a todos los varones, pero las mujeres y niños, el ganado y las demás cosas que en ella encuentres, serán tu botín y comerás de los despojos de tus enemigos que Yavé te haya entregado. Así harás con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, y que no sean de aquellas de las cuales has de tomar posesión. En cambio, no dejarás a nadie con vida en las ciudades que Yavé te da en herencia, sino que las destruirás conforme a la ley del anatema, ya sean he-teas, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos. Así te lo tiene mandado Yavé, tu Dios, para que no te enseñen a imitar todas esas cosas malas que ellos hacían en honor de sus dioses, con lo cual tú pecarías contra Yavé, tu Dios (Dt 20,10-18). Palabra de Dios: conquista, somete, expolia, esclaviza, arrasa y mata.
3. Si tu hermano, hijo de tu padre, si tu hijo o tu hija, o la mujer que descansa en tu regazo o el amigo a quien amas tanto como a ti mismo, trata de seducirte en secreto, diciéndote: «Vamos a servir a otros dioses», dioses que no conociste ni tú ni tus padres, dioses de los pueblos próximos o lejanos que te rodean de un extremo a otro de la tierra, no le harás caso ni lo escucharás. No tendrás piedad de él, no lo perdonarás ni lo encubrirás, sino que lo matarás. Tu mano será la primera en caer sobre él, y después lo hará todo el pueblo. Lo apedrearán hasta que muera, porque trató de apartarte de Yavé, tu Dios, el que te sacó del país de Egipto, de la casa de la esclavitud (Dt 13,7-11). Dios, en esos días, no había oído hablar de ecumenismo, ni de libertad de creencias ni de todas esas zarandajas modernas que tanto disgustan, todavía hoy, a una ingente masa de creyentes —de tres religiones— y a sus clérigos. Al que crea distinto, palo y al hoyo, así sea carne de tu carne.
4. Si te dicen respecto de alguna de las ciudades que Yavé te dará para habitar: Allí se han manifestado unos desgraciados, y han pervertido a sus conciudadanos, invitándolos a servir a dioses extranjeros que no son nada para ustedes, infórmate con cuidado, averigua bien la verdad del hecho. Si es cierto el asunto y se comprueba que esta abominación se ha cometido, pasarás a cuchillo a todos los habitantes de aquella ciudad. Echarás la maldición sobre la ciudad y todo lo que hay en ella; pasarás a cuchillo a todos los animales y, luego, amontonarás los despojos en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos para cumplir la maldición de Yavé. Esta ciudad quedará convertida en un montón de ruinas para siempre, y jamás volverá a ser edificada. No guardarás en tu poder ni la cosa más pequeña de esta ciudad, para que Yavé aplaque su cólera y sea misericordioso contigo y te bendiga como tiene jurado a tus padres que lo hará, a condición de que escuches la voz de Yavé, guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, y haciendo lo que es correcto a los ojos de Yavé, tu Dios (Dt 13,13-19). No vaya a quedarse corto el creyente a la hora de masacrar al diferente; nada como un exterminio masivo para conservar la quintaesencia doctrinal.
5. El que hiera a otro y lo mate, morirá. Si causó la muerte del otro sin intención de matarlo, solamente porque Yavé dispuso así el accidente, tendrá que refugiarse en el lugar que yo te señalaré (Ex 21,12-13). Es decir, asesinar se pena siempre con la muerte, excepto cuando Dios propicia o permite que se cometa el homicidio —intervención que en lenguaje penal le convertiría en instigador, cooperador necesario o cómplice del delito—, un caso en el que, además, el asesino gozará de la protección divina encontrando refugio «en el lugar que yo [Dios] te señalaré».
6. Si un hombre golpea a su esclavo o esclava con un palo, si mueren en sus manos, será reo de crimen. Mas si sobreviven uno o dos días no se le culpará, porque le pertenecían (Ex 21,20-21). De una tacada, en un solo mandato, Dios aceptó la existencia de esclavos, permitió que fuesen golpeados hasta el borde de la muerte y declaró impune su asesinato si, tras apalearles, se tenía la precaución de mantenerles agonizantes al menos un día.
7. Si unos hombres, en el curso de una pelea, dan un golpe a una mujer embarazada provocándole un aborto, sin que muera la mujer, serán multados conforme a lo que imponga el marido ante los jueces [según lo legisló el propio Dios, un feto humano no es más que una propiedad material de un varón... y no consta que Dios le haya dicho lo contrario a los movimientos antiabortistas cristianos]. Pero si la mujer muere, pagarán vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe (Ex 21,22-25). La muerte de una mujer en edad reproductiva era, para Dios, una pérdida económica muy superior al aborto de un feto y, por ello, merecía mayor sanción.
8. El que seduce a una joven no casada y se acuesta con ella, la dotará y se casará con ella. Si el padre de la niña no se la quiere dar, el otro pagará en dinero la dote que suelen recibir las esposas (Ex 22,15-16). O sea, que seducir a una jovencita no es pecado ni nada si el varón la toma como esposa o paga al padre una indemnización por desvirgarla.
9. Si un hombre encuentra a una joven virgen, no prometida en matrimonio a otro hombre, y a la fuerza la viola y luego son sorprendidos, el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta monedas de plata, y la tomará por esposa. Y no podrá repudiarla en toda su vida, ya que la deshonró (Dt 22,2829). Lo que Dios viene a ordenarle aquí al varón es: en caso de que viole (por la fuerza, dice) a cualquier soltera que se encuentre y le apetezca, no hay problema, ya que, ante la eventualidad de que le pillen, y sólo entonces, bastará con comprársela al padre y ya la podrá tener en propiedad para toda la vida. La violada pasará a ser propiedad del violador.
10. Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, puede ser que le encuentre algún defecto y ya no la quiera. En ese caso, escribirá un certificado de divorcio que le entregará antes de despedirla de su casa. Habiendo salido de su casa, puede ser la mujer de otro. Pero si éste también ya no la quiere y la despide con un certificado de divorcio, o bien si llega a morir este otro hombre que la tomó como mujer suya, el primer marido que la repudió no podrá volver a tomarla por esposa, ya que pasó a ser para él como impura. Sería una abominación a los ojos de Yavé que la volviera a tener (Dt 24,1-4). Así veía Dios a la mujer y así reguló el divorcio: un derecho ilimitado para él y una obligación indiscutible para ella.
11. Si dos hombres pelean entre sí y la mujer de uno de ellos se acerca para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por las vergüenzas, harás cortar la mano de la mujer sin piedad (Dt 25,11-12). Ellas siempre acaban pagando el pato, hagan lo que hagan, incluso si actúan en defensa de sus maridos.
12. «No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer: esto es una cosa abominable» (Lv 18,22)... «Cualquiera que cometa estas abominaciones, todas esas personas serán eliminadas de su pueblo» (Lv 18,29). «Si un hombre se acuesta con un varón, como se acuesta con una mujer, ambos han cometido una infamia; los dos morirán y serán responsables de su muerte» (Lv 20,13). La homofobia de Dios y de su pueblo casa perfectamente con su brutal misoginia; por regla general, los sujetos o pueblos que consideran a las mujeres como seres inferiores, aunque sexualmente útiles y sometidas al varón, son homófobos.
13. Cuando hagas el censo de los hijos de Israel, cada uno hará una ofrenda a Yavé (...) Cada uno de los que sean empadronados pagará medio siclo (...) Todos los comprendidos en el censo, de veinte años para adelante, pagarán este rescate. El rico no dará más de medio siclo ni el pobre dará menos, pues es una contribución para Yavé, para rescate de su vida (Ex 30,12-15). Pues vaya con la justicia social divina; Dios obliga a pagar rescate por cada vida, pero pide el mismo precio tanto al rico, que se ha visto favorecido con su protección, como al pobre, que lleva una vida miserable por expresa voluntad divina.
14. El hombre que tenga los testículos aplastados o el pene mutilado no será admitido en la asamblea de Yavé (Dt 23,2). ¿Y qué tendrá que ver la religión con el estado de revista de salva sea la parte? Pues mucho, claro, que no hay que olvidar que Dios situó en algo tan inútil como el prepucio del varón la señal de su alianza con los humanos (Gn 17,11).
15. Tampoco el mestizo será admitido en la asamblea de Yavé, ni aun en la décima generación (Dt 23,3). Ni hablar, pues, de que todos somos iguales; Dios lo dejó bien claro: deben ser excluidos de entre su pueblo quienes no luzcan pureza de sangre.
16. Al extranjero podrás prestarle con interés, pero a tu hermano, no. Con esto conseguirás que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra que vas a poseer (Dt 23,21). Es decir, que Dios bendice a quienes vampirizan económicamente a su prójimo... cuando éste sea un desconocido o un extranjero. Estamos ante una previsora regulación divina del capitalismo puro y duro que asentó el funcionamiento de la banca y de otras yerbas similares.
1. Lo que uno consagre a Yavé por anatema, cualquier cosa que le pertenece, hombre, animal o campo de su herencia, no podrá venderse o rescatarse. Todo anatema es cosa muy sagrada para Yavé. Por esto ningún ser humano consagrado como anatema será rescatado: será muerto (Lv 27,28-29). Éste es uno de los mandatos más salvajes de Dios, ya que él mismo ordenó que decenas de poblaciones enteras, tras ser sometidas a espada por los hebreos, fuesen condenadas al «anatema», esto es, que todos sus habitantes, de cualquier edad, sexo y condición (con excepción de las muchachas vírgenes), así como sus ganados, fuesen asesinados, pasados a cuchillo, sin piedad ninguna, por esas hordas de Dios.
2. Cuando te acerques a una ciudad para sitiarla, le propondrás la paz. Si ella te la acepta y te abre las puertas, toda la gente que en ella se encuentre salvará su vida. Te pagarán impuestos y te servirán. Si no acepta la paz que tú le propones y te declara la guerra, la sitiarás. Y cuando Yavé, tu Dios, la entregue en tus manos pasarás a cuchillo a todos los varones, pero las mujeres y niños, el ganado y las demás cosas que en ella encuentres, serán tu botín y comerás de los despojos de tus enemigos que Yavé te haya entregado. Así harás con todas las ciudades que estén muy distantes de ti, y que no sean de aquellas de las cuales has de tomar posesión. En cambio, no dejarás a nadie con vida en las ciudades que Yavé te da en herencia, sino que las destruirás conforme a la ley del anatema, ya sean he-teas, amorreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebuseos. Así te lo tiene mandado Yavé, tu Dios, para que no te enseñen a imitar todas esas cosas malas que ellos hacían en honor de sus dioses, con lo cual tú pecarías contra Yavé, tu Dios (Dt 20,10-18). Palabra de Dios: conquista, somete, expolia, esclaviza, arrasa y mata.
3. Si tu hermano, hijo de tu padre, si tu hijo o tu hija, o la mujer que descansa en tu regazo o el amigo a quien amas tanto como a ti mismo, trata de seducirte en secreto, diciéndote: «Vamos a servir a otros dioses», dioses que no conociste ni tú ni tus padres, dioses de los pueblos próximos o lejanos que te rodean de un extremo a otro de la tierra, no le harás caso ni lo escucharás. No tendrás piedad de él, no lo perdonarás ni lo encubrirás, sino que lo matarás. Tu mano será la primera en caer sobre él, y después lo hará todo el pueblo. Lo apedrearán hasta que muera, porque trató de apartarte de Yavé, tu Dios, el que te sacó del país de Egipto, de la casa de la esclavitud (Dt 13,7-11). Dios, en esos días, no había oído hablar de ecumenismo, ni de libertad de creencias ni de todas esas zarandajas modernas que tanto disgustan, todavía hoy, a una ingente masa de creyentes —de tres religiones— y a sus clérigos. Al que crea distinto, palo y al hoyo, así sea carne de tu carne.
4. Si te dicen respecto de alguna de las ciudades que Yavé te dará para habitar: Allí se han manifestado unos desgraciados, y han pervertido a sus conciudadanos, invitándolos a servir a dioses extranjeros que no son nada para ustedes, infórmate con cuidado, averigua bien la verdad del hecho. Si es cierto el asunto y se comprueba que esta abominación se ha cometido, pasarás a cuchillo a todos los habitantes de aquella ciudad. Echarás la maldición sobre la ciudad y todo lo que hay en ella; pasarás a cuchillo a todos los animales y, luego, amontonarás los despojos en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos para cumplir la maldición de Yavé. Esta ciudad quedará convertida en un montón de ruinas para siempre, y jamás volverá a ser edificada. No guardarás en tu poder ni la cosa más pequeña de esta ciudad, para que Yavé aplaque su cólera y sea misericordioso contigo y te bendiga como tiene jurado a tus padres que lo hará, a condición de que escuches la voz de Yavé, guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, y haciendo lo que es correcto a los ojos de Yavé, tu Dios (Dt 13,13-19). No vaya a quedarse corto el creyente a la hora de masacrar al diferente; nada como un exterminio masivo para conservar la quintaesencia doctrinal.
5. El que hiera a otro y lo mate, morirá. Si causó la muerte del otro sin intención de matarlo, solamente porque Yavé dispuso así el accidente, tendrá que refugiarse en el lugar que yo te señalaré (Ex 21,12-13). Es decir, asesinar se pena siempre con la muerte, excepto cuando Dios propicia o permite que se cometa el homicidio —intervención que en lenguaje penal le convertiría en instigador, cooperador necesario o cómplice del delito—, un caso en el que, además, el asesino gozará de la protección divina encontrando refugio «en el lugar que yo [Dios] te señalaré».
6. Si un hombre golpea a su esclavo o esclava con un palo, si mueren en sus manos, será reo de crimen. Mas si sobreviven uno o dos días no se le culpará, porque le pertenecían (Ex 21,20-21). De una tacada, en un solo mandato, Dios aceptó la existencia de esclavos, permitió que fuesen golpeados hasta el borde de la muerte y declaró impune su asesinato si, tras apalearles, se tenía la precaución de mantenerles agonizantes al menos un día.
7. Si unos hombres, en el curso de una pelea, dan un golpe a una mujer embarazada provocándole un aborto, sin que muera la mujer, serán multados conforme a lo que imponga el marido ante los jueces [según lo legisló el propio Dios, un feto humano no es más que una propiedad material de un varón... y no consta que Dios le haya dicho lo contrario a los movimientos antiabortistas cristianos]. Pero si la mujer muere, pagarán vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe (Ex 21,22-25). La muerte de una mujer en edad reproductiva era, para Dios, una pérdida económica muy superior al aborto de un feto y, por ello, merecía mayor sanción.
8. El que seduce a una joven no casada y se acuesta con ella, la dotará y se casará con ella. Si el padre de la niña no se la quiere dar, el otro pagará en dinero la dote que suelen recibir las esposas (Ex 22,15-16). O sea, que seducir a una jovencita no es pecado ni nada si el varón la toma como esposa o paga al padre una indemnización por desvirgarla.
9. Si un hombre encuentra a una joven virgen, no prometida en matrimonio a otro hombre, y a la fuerza la viola y luego son sorprendidos, el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta monedas de plata, y la tomará por esposa. Y no podrá repudiarla en toda su vida, ya que la deshonró (Dt 22,2829). Lo que Dios viene a ordenarle aquí al varón es: en caso de que viole (por la fuerza, dice) a cualquier soltera que se encuentre y le apetezca, no hay problema, ya que, ante la eventualidad de que le pillen, y sólo entonces, bastará con comprársela al padre y ya la podrá tener en propiedad para toda la vida. La violada pasará a ser propiedad del violador.
10. Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, puede ser que le encuentre algún defecto y ya no la quiera. En ese caso, escribirá un certificado de divorcio que le entregará antes de despedirla de su casa. Habiendo salido de su casa, puede ser la mujer de otro. Pero si éste también ya no la quiere y la despide con un certificado de divorcio, o bien si llega a morir este otro hombre que la tomó como mujer suya, el primer marido que la repudió no podrá volver a tomarla por esposa, ya que pasó a ser para él como impura. Sería una abominación a los ojos de Yavé que la volviera a tener (Dt 24,1-4). Así veía Dios a la mujer y así reguló el divorcio: un derecho ilimitado para él y una obligación indiscutible para ella.
11. Si dos hombres pelean entre sí y la mujer de uno de ellos se acerca para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por las vergüenzas, harás cortar la mano de la mujer sin piedad (Dt 25,11-12). Ellas siempre acaban pagando el pato, hagan lo que hagan, incluso si actúan en defensa de sus maridos.
12. «No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer: esto es una cosa abominable» (Lv 18,22)... «Cualquiera que cometa estas abominaciones, todas esas personas serán eliminadas de su pueblo» (Lv 18,29). «Si un hombre se acuesta con un varón, como se acuesta con una mujer, ambos han cometido una infamia; los dos morirán y serán responsables de su muerte» (Lv 20,13). La homofobia de Dios y de su pueblo casa perfectamente con su brutal misoginia; por regla general, los sujetos o pueblos que consideran a las mujeres como seres inferiores, aunque sexualmente útiles y sometidas al varón, son homófobos.
13. Cuando hagas el censo de los hijos de Israel, cada uno hará una ofrenda a Yavé (...) Cada uno de los que sean empadronados pagará medio siclo (...) Todos los comprendidos en el censo, de veinte años para adelante, pagarán este rescate. El rico no dará más de medio siclo ni el pobre dará menos, pues es una contribución para Yavé, para rescate de su vida (Ex 30,12-15). Pues vaya con la justicia social divina; Dios obliga a pagar rescate por cada vida, pero pide el mismo precio tanto al rico, que se ha visto favorecido con su protección, como al pobre, que lleva una vida miserable por expresa voluntad divina.
14. El hombre que tenga los testículos aplastados o el pene mutilado no será admitido en la asamblea de Yavé (Dt 23,2). ¿Y qué tendrá que ver la religión con el estado de revista de salva sea la parte? Pues mucho, claro, que no hay que olvidar que Dios situó en algo tan inútil como el prepucio del varón la señal de su alianza con los humanos (Gn 17,11).
15. Tampoco el mestizo será admitido en la asamblea de Yavé, ni aun en la décima generación (Dt 23,3). Ni hablar, pues, de que todos somos iguales; Dios lo dejó bien claro: deben ser excluidos de entre su pueblo quienes no luzcan pureza de sangre.
16. Al extranjero podrás prestarle con interés, pero a tu hermano, no. Con esto conseguirás que Yavé, tu Dios, te bendiga en todas tus empresas, en la tierra que vas a poseer (Dt 23,21). Es decir, que Dios bendice a quienes vampirizan económicamente a su prójimo... cuando éste sea un desconocido o un extranjero. Estamos ante una previsora regulación divina del capitalismo puro y duro que asentó el funcionamiento de la banca y de otras yerbas similares.
viernes, 9 de septiembre de 2011
EL AMOR NO ES UN SENTIMIENTO, ES UNA DECISIÓN????
Como choro a media noche llego esta frase a mi cabeza... inesperada y dispuesta a robarme el pensamiento...
Hace no mucho, y en vista que recien se incian las clases en la universidad y los horarios de los mismos no estan bien definidos, tuve el agrado de entrar como oyente a una clase de sexualidad, la cual no la pase muy a gusto... pero ese es otro baile...
Inesperadamente entre tanto dibuja y revuelca en el suelo de lo arrepentido de entrar a la misma... retumbo en mis oidos esta fase: "EL AMOR NO ES UN SENTIMIENTO, ES UNA DECISIÓN"
Sorprendido por al fin haber escuchado algo interesante y que de cierta manera reafirmaba todo en lo que creo y más aún estando conciente de estar en una clase de sexualidad, en realidad me sorprendi de haber escuchado eso en aquel lugar... ya que en mi pensar eso era improbable...
Taciturno por tremendo impacto... y despues de salir del shock empiezo a pensar en dichas palabras....
El amor no es un sentimiento???? pero se pasan la vida enseñandonos que el amor es un sentimiento... que es algo que se siente... es algo que no se lo puede describir, solo se lo puede vivir (sentir)... pero entonces quien tiene la razón????? En realidad el amor empieza como un sentimiento, pero termina siendo una decisión, siempre y cuando ese amor sea verdadero...
lo extraño es que alguien como yo, q NO cree en el amor, tenga las agallas de hablar de algo que no a llegado a experimentar... "el amor verdadero solo tiene principio" empieza como un sentimiento capaz de romper cualquier barrera y se mantiene siendo una decisión, una decision de vida ya que siempre se vivira con ello...
y a la final todo empieza como termina, en realidad esta entrada no es más que un acrostico, un acrostico de algo real, hay gente que lamentablemente cree amar a alguien, y se atreven a tratar al amor como un juego, terminan convertirlo en un CHISTE... algo sin sentido...
y de algo hay que estar seguros: el amor, es el paso anterior al verdadero sentido de la existencia... LA FELICIDAD... conseguir el verdadero amor es muy facil o muy dificil... a veces hay que conocer a mucha gente para estar seguros de lo que queremos, o en ocaciones lo encontramos tan rapido que termina siendo nuestra vida para siempre... no conozco los caminos del destino, pero algo es seguro el AMOR VERDADERO A VECES ESTA MUY CERCA, O MUY LEJOS Y TARDA MUCHO, PERO TARDE O TEMPRANO NOS LLEGA....
:P@nChO:
Hace no mucho, y en vista que recien se incian las clases en la universidad y los horarios de los mismos no estan bien definidos, tuve el agrado de entrar como oyente a una clase de sexualidad, la cual no la pase muy a gusto... pero ese es otro baile...
Inesperadamente entre tanto dibuja y revuelca en el suelo de lo arrepentido de entrar a la misma... retumbo en mis oidos esta fase: "EL AMOR NO ES UN SENTIMIENTO, ES UNA DECISIÓN"
Sorprendido por al fin haber escuchado algo interesante y que de cierta manera reafirmaba todo en lo que creo y más aún estando conciente de estar en una clase de sexualidad, en realidad me sorprendi de haber escuchado eso en aquel lugar... ya que en mi pensar eso era improbable...
Taciturno por tremendo impacto... y despues de salir del shock empiezo a pensar en dichas palabras....
El amor no es un sentimiento???? pero se pasan la vida enseñandonos que el amor es un sentimiento... que es algo que se siente... es algo que no se lo puede describir, solo se lo puede vivir (sentir)... pero entonces quien tiene la razón????? En realidad el amor empieza como un sentimiento, pero termina siendo una decisión, siempre y cuando ese amor sea verdadero...
lo extraño es que alguien como yo, q NO cree en el amor, tenga las agallas de hablar de algo que no a llegado a experimentar... "el amor verdadero solo tiene principio" empieza como un sentimiento capaz de romper cualquier barrera y se mantiene siendo una decisión, una decision de vida ya que siempre se vivira con ello...
y a la final todo empieza como termina, en realidad esta entrada no es más que un acrostico, un acrostico de algo real, hay gente que lamentablemente cree amar a alguien, y se atreven a tratar al amor como un juego, terminan convertirlo en un CHISTE... algo sin sentido...
y de algo hay que estar seguros: el amor, es el paso anterior al verdadero sentido de la existencia... LA FELICIDAD... conseguir el verdadero amor es muy facil o muy dificil... a veces hay que conocer a mucha gente para estar seguros de lo que queremos, o en ocaciones lo encontramos tan rapido que termina siendo nuestra vida para siempre... no conozco los caminos del destino, pero algo es seguro el AMOR VERDADERO A VECES ESTA MUY CERCA, O MUY LEJOS Y TARDA MUCHO, PERO TARDE O TEMPRANO NOS LLEGA....
:P@nChO:
VIERNES CUCHILLERO: MUJER AMANTE
MUJER AMANTE: RATA BLANCA
Siento el calor de toda tu piel
En mi cuerpo otra vez
Estrella fugaz, enciende mi sed
Misteriosa mujer
Con tu amor sensual, cuánto me das
Haz que mi sueño sea una verdad
Dame tu alma hoy, haz el ritual
Llevame al mundo donde pueda soñar
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Solo el amor que tú me das, me ayudará
Al amanecer tu imagen se va
Misteriosa mujer
Dejaste en mí lujuria total
Hermosa y sensual
Corazón sin Dios, dame un lugar
En ese mundo tibio, casi irreal
Deberé buscar una señal
En aquél camino por el que vas
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Solo el amor que tu me das, me ayudará
Tu presencia marcó en mi vida el amor... lo sé
Es difícil pensar en vivir ya sin vos
Corazón sin Dios, dame un lugar
En ese mundo tibio, casi irreal
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Solo el amor que tu me das, me ayudará
Siento el calor de toda tu piel
En mi cuerpo otra vez
Estrella fugaz, enciende mi sed
Misteriosa mujer
Con tu amor sensual, cuánto me das
Haz que mi sueño sea una verdad
Dame tu alma hoy, haz el ritual
Llevame al mundo donde pueda soñar
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Solo el amor que tú me das, me ayudará
Al amanecer tu imagen se va
Misteriosa mujer
Dejaste en mí lujuria total
Hermosa y sensual
Corazón sin Dios, dame un lugar
En ese mundo tibio, casi irreal
Deberé buscar una señal
En aquél camino por el que vas
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Solo el amor que tu me das, me ayudará
Tu presencia marcó en mi vida el amor... lo sé
Es difícil pensar en vivir ya sin vos
Corazón sin Dios, dame un lugar
En ese mundo tibio, casi irreal
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Voy a buscar una señal, una canción
¡Uhh...! debo saber si en verdad
en algún lado estás
Solo el amor que tu me das, me ayudará
martes, 6 de septiembre de 2011
INICIO DE CLASES Y EL EFECTO MARIPOSA
la mendiga calle por donde debo salir se bloquea por los trabajos que están haciendo... |
El lunes 5 de septiembre comenzaron a asistir a clases un pequeño grupo de estudiantes por lo que me llevé la sorpresa de encontrarme con un atrancón de carros que me hizo atrasar a mi puntual asistencia a clases...por lo que pensé: aja, mañana voy a salir unos quince minutos antes y así me evito esta congestión!!!
Huevón!!!. Al parecer no fui el único al que se le ocurrió, y hoy que ingresaban a clases otro grupo más grande que por lo que vi eran chamos de escuela, todo el mundo salió más temprano y sin embargo hoy estuve en la madre de las congestiones: hijueputa la cola de carros era inmensa, pero primero para que tengan una idea déjenme mostrar por donde hay que salir de las montañas donde vivo para ir a Quito.....
Mira, esa puta calle la "Rumihurco" es una avenida de dos carriles, uno de entrada y uno de salida por donde deben salir más de 50000 indios entre eso de las 6 a 9 de la mañana..... |
por ese pite paso quieren que salgamos mas de media conaie..... |
Esa pequeña calle es la única salida (conocida y utilizable por que por las otras hay dinosaurios!!!!) por donde a diario una cantidad impresionante de gente sale a hacer sus labores diarias, y yo un digno estudiante de tan distinguida universidad (preguntar luego) también debo utilizarla, además me toca llegar a las 7 de la mañana a clases lo que supone que deba tomar mi bus 5:45 am!!!
Aparte de la emputadera de madrugar todos los días, el tráfico matinal te saca todas las ganas de estudiar y lo unico que logro es llegar con ganas de matar. En fin, retomando mi relato inicial, hoy en especial por el reingreso a clases del futuro de la patria, es decir de los guaguas, la congestion llegaba hasta el bosque que precede a mi barrio (si chucha vivo mas lejos que el bosque de los pitufos!!!), ahí carros entraban, pitaban y el puto bus en el que viajaba le chocó a un pequeño auto, acto seguido la pelea de los conductores en medio tráfico detuvo más el vance de los autos, ya era las 6:20 en la mañana lo que me hizo deducir que a ese paso iba a llegar a las 8, la gran puta entonces decidí bajarme y joderme a pie hasta la AV. Occidental, luego de viajar en un hipogrifo y un transbordo en un dragón, además de transmutar el tiempo y el espacio llegué a las 7 y 20 a clases, atrasado y emputado.....
¿y el efecto mariposa?
A ver,días previos a esta semana hubo muchos anuncios sobre el ingreso a clases y las medidas a tomar para evitar congestiones (que por mi experiencia valieron harta verga...), esta fue la causa inicial, el desencadenamiento de sucesos va así:
- chucha!!!mañana empiezan clases, de seguro hay tráfico, ya ´se!!! como soy un genio,,,voy a madrugar un poco y me les adelanto a todo ese grupo de mmavergas....genial
este pensamiento se reproduce en cada una de las frágiles mentes de la zona, así que cada uno sale pensando que por madrugar le va a ir bien como dice ese puto refrán.
la consecuencia:
todo el grupo de genios se amontona quince minutos antes de lo común e inicia el tráfico que sumado al grupo de los no genios que salen a la hora habitual crean más congestión, así el puto municipio tiene la culpa de que la paranoia común se apodere de las mentes y en lugar de solucionar el problema le cagan mucho más....
hubiese sido mejor que no dijesen nada y así al menos a todos nos cagaban de sorpresa y no me comía mierda como hoy pensando en : lo sabía....
por último: ojalá este tractorcito acabe de abrir el camino rompiendo la propiedad de los aniñados del Quito Tenis y podamos salir mejor de las montañas....
Atrasado cuy asado: Juan
domingo, 4 de septiembre de 2011
LUZ DEL DOMINGO XXXI
Dios premió a cobardes, tramposos y ladrones
COBARDÍA QUE ENRIQUECE: ABRAHAM HIZO PASARA SU ESPOSA SARA POR HERMANA Y LA ENTREGÓ AL PLACER DE REYES, LOGRANDO ASÍ UNA FORTUNA... Y EL CASTIGO DIVINO DE MUCHOS INOCENTES
El Libro del Génesis nos cuenta con claridad meridiana algunos episodios de la vida de Abraham en los que éste se comportó como un cobarde y mentiroso, permitiendo que su hermosa esposa fuese carne de cama de reyes. Pero, ante tan deplorable conducta, Dios calló y le premió con parte de las riquezas de aquellos a quienes engañó y que, a pesar de ser completamente inocentes, fueron castigados ferozmente por un Dios cómplice del primer gran patriarca de Israel.
En el país hubo hambre, y Abram [Abraham] bajó a Egipto a pasar allí un tiempo, pues el hambre abrumaba el país.
Estando ya para entrar en Egipto, dijo a Saray [Sara], su esposa: «Estoy pensando que eres una mujer hermosa. Los egipcios al verte dirán: "Es su mujer", y me matarán para llevarte. Di, pues, que eres mi hermana; esto será mucho mejor para mí, y me respetarán en consideración a ti».
Efectivamente, cuando Abram entró en Egipto, los egipcios notaron que la mujer era muy hermosa. Después que la vieron los oficiales de Faraón, le hablaron a éste muy bien de ella; por eso Saray fue conducida al palacio de Faraón, y en atención a ella, Faraón trató bien a Abram, quien recibió ovejas, vacas, burros, siervos y camellos.
Pero Yavé afligió con grandes plagas a Faraón y su gente a causa de Saray.
Entonces Faraón llamó a Abram y le dijo: «¡Mira lo que me has hecho! ¿Por qué no me dijiste que era tu esposa? Y yo la hice mi mujer porque me dijiste que era tu hermana. ¡Ahí tienes a tu esposa! ¡Tómala y márchate!».
Y Faraón ordenó a sus hombres que lo devolvieran a la frontera con su mujer y todo lo suyo (Gn 12,10-20).
Todo un modelo de conducta. Ese primer patriarca de Israel, reverenciado en las tres religiones monoteístas de base bíblica como «el epítome de la fe humana en la voluntad de Dios» y receptor del primer pacto de Dios con el que será «su pueblo elegido», aparece descrito en la Biblia como un cobarde que se aprovechó de su esposa Sara, que mintió gravemente y la obligó a ella a mentir, a fingir y a dar su cuerpo en cama ajena, sacando un gran beneficio tras venderla como concubina al faraón por un muy buen precio, a juzgar por todo lo que Abraham pudo obtener en Egipto «en atención a ella».
A más abundamiento, Abraham incumplió ostentosamente una de las prohibiciones divinas en materia de cama —«No tendrás relaciones con tu hermana, hija de tu padre o de tu madre, nacida en casa o fuera de ella» (Lv 18,9) y «No tendrás relaciones con tu hermana, hija de tu padre aunque de otra madre. Respeta a tu hermana: no tendrás relaciones con ella» (Lv 18,11)—, aunque esa grave transgresión, penada con la muerte, a lo que se ve, a Dios no le importaba en absoluto.
Pero la indecente conducta de este santo varón acabó siendo superada, más allá de toda mesura, por Dios, que no sólo permitió los delitos de Abraham, sino que «afligió con grandes plagas a Faraón y su gente a causa de Saray», y cualquier lector conoce ya cómo se ensañaba Dios a la hora de castigar con plagas a los egipcios (véase Éxodo 7 a 11).
Dios, en una de sus habituales muestras de injusticia, según lo describe la Biblia, no sólo no castigó a Abraham, único culpable de que Sara se allegara al faraón, sino que le propició riquezas y le premió con el más alto honor alcanzado por un varón bíblico... mientras que al pobre faraón (y a su corte), que obró siempre de buena fe y con decencia, Dios le machacó sin la menor piedad.
Para dar un mejor y más completo ejemplo a las futuras generaciones de lectores de la palabra de Dios, Abraham, impune y rico tras su canallada en Egipto, repitió la misma maniobra en Guerar con su rey Abimelec. Así lo cuenta el Génesis:
Abrahán se trasladó de allí al territorio del Negueb y se instaló entre Cadés y Sur; después fue a vivir un tiempo a Guerar. Abrahán decía de su esposa Sara: «Es mi hermana». Oyendo esto, el rey de Guerar, llamado Abimelec, mandó a buscarla para él.
Pero en la noche Dios habló a Abimelec en sueños y le dijo: «Date por muerto a causa de esa mujer que has tomado, porque es casada».
Abimelec no la había tocado aún y dijo: «Pero, Señor mío, ¿vas a dar muerte a un pagano que es inocente?
»Él me dijo que era su hermana, y ella también me dijo: «"Es mi hermano". Yo he actuado con corazón sencillo y con manos limpias».
Dios le dijo: «Yo sé que lo hiciste con corazón sencillo y por eso te he librado de pecar contra mí, y no he permitido que la tocases. Ahora devuelve su mujer a ese hombre, porque es un profeta. Él rogará por ti y vivirás. Pero si no se la devuelves, debes saber que morirás sin remedio, tú y todos los tuyos».
Abimelec se levantó muy de mañana, y llamando a todos sus oficiales, les contó privadamente todo esto. Ellos, al oírlo, quedaron muy asustados.
Llamó entonces Abimelec a Abrahán y le dijo: «¡En qué lío nos metiste! ¿En qué te he ofendido, para que traigas sobre mí y mi país un pecado tan grande? Te has portado como no debe hacerse».
Y Abimelec le preguntó: «¿Por qué has hecho eso?».
Respondió Abrahán: «Pensé que si no había temor de Dios en este lugar, podrían matarme por causa de mi esposa. Pero es verdad que es mi hermana, pues es hija de mi padre, aunque no de mi madre, y ha pasado a ser mi esposa. Desde que los dioses me han hecho caminar de un lado para otro, lejos de mi patria, le dije: "Tú me harás el favor de decir, en cualquier lugar donde lleguemos, que soy tu hermano"».
Abimelec mandó traer ovejas y bueyes, esclavos y esclavas y se los dio a Abrahán, al mismo tiempo que le devolvía su esposa Sara.
Después Abimelec agregó: «Ahí tienes a mi tierra, puedes vivir donde quieras».
Y a Sara le dijo: «Le he dado a tu hermano mil monedas de plata, que serán para ti como un velo que tiendas ante los ojos de todos los que están contigo, y así nadie pensará mal de ti».
Entonces Abrahán oró por Abimelec, y Dios curó a Abimelec, a su esposa y a sus esclavos, a fin de que pudieran tener hijos. Porque Dios había vuelto estériles a todas las mujeres en la casa de Abimelec, a causa de Sara, esposa de Abrahán (Gn 20,1-18).
En esta historia, Dios tuvo al menos el detalle de advertir a Abimelec de que Sara era una mujer casada, evitando una relación sexual que, al parecer, le importaba mucho más a Dios que al marido. Pero, sin embargo, Dios, a pesar de lo que le dice al rey y de reconocer expresamente que no había llegado a pecar, le castigó igualmente con la peor de las maldiciones de esos días: la esterilidad de sus mujeres.
Vemos aquí, como en innumerables y diversos pasajes del Antiguo Testamento, que el dios bíblico es muy proclive a la saña y no le importaba en absoluto si las víctimas de su sagrada ira eran inocentes o culpables a la luz de sus propios y cambiantes criterios divinos.
El faraón o Abimelec quizá hubiesen llegado a comprender las razones divinas para sufrir su injusto y caprichoso castigo si el dios bíblico les hubiese confesado lo que algo más tarde le diría a Moisés: «Pues tengo piedad de quien quiero, y doy mi preferencia a quien la quiero dar» (Ex 33,19). Así es Dios. Abraham le gustaba, Sara también, pero los monarcas egipcio y filisteo y sus familias y pueblos le caían fatal. Qué le vamos a hacer. Dios actúa tal como le dicta su divina gana. Lo tomas o lo dejas.
La enseñanza divina del paso de Abraham por Guerar muestra, de nuevo, como el mentiroso saca muy buena fortuna de su indignidad y el protagonista de la historia, el gran patriarca del pueblo elegido de Dios, se apropia de más riquezas, tierras y dinero como resultado de un engaño que, según reconoce, puso en práctica «en cualquier lugar donde lleguemos», y de los que Egipto y Guerar son tan sólo dos destinos durante su largo peregrinar.
La palabra de Dios evidencia aquí su enseñanza: buena es la cobardía y la mentira si enriquece a un creyente de su cuerda, sin importar ni un ápice que provoque dramáticas e injustas consecuencias en quienes creen en otros dioses.
... pero la cosa no acabó aquí.
Como una de las muchas muestras del desbarajuste total que es la Biblia, con decenas de historias idénticas que se aplican a diferentes personajes, épocas o situaciones, y a menudo con moralejas contradictorias entre sí, veremos ahora una nueva versión de la historia de este capítulo, pero protagonizada por Isaac, hijo de Abraham y, al parecer, tan cobarde como el padre, pero menos listo.
Hubo hambre en el país —ésta no se debe confundir con la primera hambruna que hubo en tiempos de Abrahán—,y fue Isaac a Guerar, hacia Abimelec, rey de los filisteos (...)
Isaac, pues, se estableció en Guerar.
Cuando la gente de aquel país le preguntaba quién era la mujer que iba con él, les decía: «Es mi hermana». Porque tenía miedo a decir que era su esposa, para que no lo fueran a matar por causa de Rebeca, que era muy bonita.
Llevaba ya bastante tiempo allí, cuando Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, sorprendió a Isaac acariciando a Rebeca.
Entonces Abimelec mandó llamar a Isaac y le dijo: «¡No puedes negar que es tu mujer! ¿Por qué has declarado que es tu hermana?». Isaac le contestó: «Es que pensé que por causa de ella me podrían matar».
Abimelec replicó: «¡En qué lío nos metiste! Por poco uno de aquí se acostaba con tu esposa y tú nos cargabas con un delito».
Entonces Abimelec dio la siguiente orden a toda su gente: «El que toque a este hombre o a su esposa, morirá».
Isaac sembró en aquella tierra y cosechó aquel año el ciento por uno. Yavé lo bendijo de manera que se fue enriqueciendo día a día hasta que el hombre llegó a ser muy rico (Gn 26,1-13).
A pesar de ser un mentiroso, Isaac fue bendecido por Dios, que le hizo muy rico... aunque en esta historia no se lucra de Abimelec como hizo su padre, al no ser el rey, sino «uno de aquí», quien «por poco se acostaba con tu esposa».
Los intérpretes autorizados de la Biblia dicen que ese Abimelec no es el mismo a quien Abraham engañó y le sacó una fortuna. Quizá fuese su hijo y, al igual que Isaac, no conociese las batallitas domésticas libradas por su progenitor. También podría ser que esta historia, como cientos de otros relatos bíblicos, fuese mentira, pero entonces ¿cómo seguir asumiendo eso tan hermoso que impone la Iglesia católica —y todas las cristianas— al declarar que «los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra»?
Otra duda: ¿por qué eran tan facilonas y prontas al lecho ajeno las esposas de los primeros patriarcas del pueblo elegido de Dios? La Biblia sólo lo muestra, pero no lo aclara.
viernes, 2 de septiembre de 2011
SI MI MAMÁ SUPIERA….. HAPPY BIRTHDAY
¿Por qué Si Mi Mamá Supiera?
Como muchos de los pactos realizados con el diablo, el acuerdo de este nombre se logró en un bar con el apoyo de Pancho y mi amigo el “ciego” ayudados con la iluminación obtenida a base de mucho alcohol….
No, ya en serio ¿Por qué Si Mi Mamá Supiera?
Porque siempre he sentido que una persona no puede expresarse tal como es en su círculo social, tal vez por timidez, hipocresía, por adaptarse al grupo de amigos o qué se yo porque simplemente uno no se siente a gusto. Y hay muchas ideas dentro de mi cabeza sin ningún orden que si no las saco podrían llevarme a perder un poco mi cordura y así este medio virtual e inanimado no me cuestiona nada cuando escribo o insulto a tal o cual sujeto o situación, no me juzga por mi mala educación y sirve de escape a aquellas ideas que a nadie le interesan y que se acumulan en mi mente esperando algún día salir, es que expresarse es un derecho inalienable y quiero aprovecharlo.
Finalmente el nombre de este blog es simplemente excelente (humildes pero con orgullo) ya que puedes pensar mucho con esta frase, feliz cumpleaños blog hijo malnacido espero que crezcas mucho más….
• Si mi mamá supiera que cuando le digo que estoy haciendo deberes en internet en realidad estoy viendo porno, videos de youtube, web-eando en facebook y escribiendo huevadas…
• Si mi mamá supiera que cuando tengo sueño no entro a clases….
• Si mi mamá supiera que me cambie de carrera en la U…
• Si mi mamá supiera que he ido a chongos…
• Si mi mamá supiera me he gastado cerca de 1000 dólares en trago!!!
• Si mi mamá supiera que mi perro mató a Pauli… (Lorita muy querida por mi sobrina y que nadie volvió a ver de repente…)
• Si mi mamá supiera que en Guaranda dormí en la calle…
• Si mi mamá supiera que tengo un blog… (Con 3000 visitas en un año ¡qué mediocre!)
• Si mi mamá supiera que en el colegio estuve borracho tantas veces y no sólo la única vez que me atrapó como le hice creer…
• Si mi mamá supiera cómo me comporto cuando estoy ebrio…
• Si mi mamá supiera que no creo en Dios…
• Si mi mamá supiera que tengo películas porno camufladas en mis discos de rock y en algunas carpetas de mi computador…
• Si mi mamá supiera que me uní a los satánicos un mes…
• Si mi mamá supiera que no me gusta trabajar…
• Si mi mamá supiera que cuando me han dejado solo en casa he organizado maratones para beber…
• Si mi mamá supiera que me volé en Montañita con mucha weed…
• Si mi mamá supiera todas estas cosas de seguro estaría castigado muchos años… ¿acaso tu mamá sabe todo lo que haces? ¿Qué pasaría si tu mamá supiera…?
Aún tenemos mucho que decir…Si Mi Mamá Supiera para largo…
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