A lo largo de mi vida de proletario me ha tocado trabajar en una gran variedad de cosas, pasando desde simple repartidor de volantes a camellos tan masculinos como ser albañil (BUENO FUERA ALBAÑIL…AYUDANTE NO MÁS JAJA), entre todos esos camellitos nunca tuve problemas causados por la forma en que aprendes a catalogar los trabajos. Me explico: si ves a un hombre cortando el cabello ¿qué piensas?, sin embargo si lo ves de mecánico mugriento dices: nofff, ese camello es de machos. Así que yo también solía catalogar los trabajos así, pero la vida me dio una cucharada de mi propia medicina.
Hace unos dos años, estando en la última semana de mis vacaciones de la universidad me llamó un primo a que le acolite a un camellito:...
- Ve Juan acolita a un camellito mañana sábado
- ¿qué seráff?
- Una mayor qué me dice que necesita que le acolitemos a cargar unas cajas..20 dice que nos va a pagar a cada uno!!!
- Fresco, sí le hago un poco al cargador!!! Peor quedarme aquí aburrido!!!
Así que me embarco en esta chauchita. Nos presentamos y en efecto una veterana nos lleva en una camioneta a una empresa de flores, donde venían las cajas con todas las rosas y demás para que le acolitemos a cargar a su carro y luego descargar y acomodar en su local en la Av. Mariana de Jesús. Hasta ahí todo bien, el día pasó rápido y ya iba siendo hora de retornar a casa. Sin embargo todo el día la cucha andaba jodiendo que necesitaba un ayudante para su florería, y en verdad que insistía la cucha. Como mi primo si camella se lavó las manos, así que la cucha me cagó a mí ya que yo no hacía nada, el primer pretexto que le puse fue de que no sabía ni mierda de flores, sin embargo la cucha me dijo que necesitaba alguien que le ayude con cosas simples como cargar cajas y por el estilo, y como faltaba una semana para entrar a clases y yo no hacía nada terminé por aceptar, así que el lunes siguiente estuve ahí en la Florería Flor de Liz.
Ya trabajando ahí me di cuenta que la cucha no había sido tan sencilla como creía pues su florería sí que vendía y la vieja tenía su plata y sus empleados encargados de hacer arreglos florales, a mí me tenía de mensajero, pero estaba full de camello la cucha que me puso a hacer algunas cosas que mencionaré:
- Me tenía de repartidor, es decir de ese gil que lleva las flores ala chama que algún joto encargaba antes en la florería. Me daba la dirección y luego jódete Juan, encuéntrale chucha a ver si puedes. Casi siempre las direcciones eran por los sectores aledaños así que me iba a pie, y andaba por la calle como pendejo cargado ramos de flores mientras la gente me veía como si yo fuese el gil enamorado. Una vez que llegaba me tocaba entrar y entregarle a la chama sus flores, siempre con una sonrisa en la cara y diciendo: Buenos días, florería!!! (jajaja que pendejo chucha). Y las manes siempre decía cosas como: ohhh, quien me envió las flores? (yo que sé chucha por algo tiene tarjeta pendeja), o a veces se las enviaban anónimos y las manes me preguntaban: pero quien fue? Si ha de saber? Y yo decía: no no le puedo decir. Apure si ha de saber, ¿cómo era?, ¿tenía churitos?...(claro muda como si me voy a estar fijando…firma breve pendeja).
- Cuando no andaba entregando flores, me puso a acolitarles a los arreglistas (los giles que hacen los ramos y adornos con las flores), como yo era un completo ignorante me tenían hueveado, así por ejemplo:
o Juan, pásame los lirios por favor!!
o Lirios??? Dónde?
o Ahí pues!! A lado de los crisantemos
o Crisantemos?
o Sí carajo que no ves en frente tuyo, debajo de los claveles.
o A ver chucha no me grites, que para mí todas estas putas flores son rosas y flores parecidas que deberían ser rosas!!!!
o Juan, en esta bodega no hay ni una rosa!!!
En vista de que no aprendía, me pusieron a hacer el trabajo más fácil según ellos: me tocaba quitarle las espinas a las rosas, pero luego de que andaba hecho mierda por tantos cortes en las manos, me hicieron escoger de unas cajas de botones de rosas entre los que aún servían y los que ya iban a la basura, sin embargo debía escoger entre algunos botones en medio estado y sacarles algunos pétalos dañados para que queden como nuevos (o sea como maquillar flores).
Y ahí estaba yo, un futuro ingeniero de la República deshojando rosas, sentado entre unas mil flores arrancando pétalos como diciendo: me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere….
Al cuarto día de camello cuando en un momento me di cuenta de que ya me andaban gustando las rosas me dije: ¡maricón! Estás en problemas!!!!
- Por último y lo más humillante. La cucha tenía contratos con las empresas de por ahí. Han notado cuando entran a una oficina que siempre hay flores en los rincones y sobre las mesitas? Adivinen quién ponía? La puta mierda a mí me hacían acompañarles a dos mansitas a hacer eso también y además jodido porque me hacían cargar todo. Era la humillación total cuando llegaba a los edificios y el guardia abría la puerta y les decía una por una: pase reinita, pase reinita. Luego iba yo y me decía: pase reinita (guardia hijo de puta ni como decirle nada con las manes ahí y las flores hasta mi cara), luego me hacían acomodar las flores en los jarrones por todas las oficinas mientras más guardias o guachimanes de ahí me seguían hueveando. Qué ganas de decirles: hijos de puta no me vean las huevas si yo soy de su misma raza, solo que ahora ando de incógnito!!!
Camellé hasta el otro sábado, y la mayor quería que siga trabajando aunque sea por horas ya que tenía que ir a clases, y aunque el camello era a vaca decidí dejarlo porque después de una semana dejando flores entre tantas oficinas, arreglando ramitos y caminando por las calles con rosas me dije ni vergas, yo estoy chapado a la antigua, necesito un camello donde me puteen, donde pueda escupir y a una mujer en vez de decirle señorita buenos días le grite mamasita desde un andamio!!! Sin embargo este fue el camello “más viril” de mi vida. Juas!!!
A LAS SIGUIENTES VACACIONES TRABAJÉ DE ALBACHO: JUAN.
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