“Todo estaba allí; el ajedrez, la aventura, el amor, la vida y la muerte”. Arturo Pérez Reverte.
Me resulta algo difícil de entender y mucho más complicado será explicarme. Pero, tras leer “La Tabla de Flandes”; pareciera que la vida se convirtió en un tablero de ajedrez, en donde existen infinitas posibles estrategias lógicas buscando un fin. “Todo es un tablero de ajedrez, de noches y de días donde el destino juega con los hombres como piezas.” Arturo Pérez Reverte.
Quizá sea este destino el que juega y se divierte con nuestra: vida, muerte y mucho peor aún, juega con los finos hilos del amor. Pues este libro me permitió divagar usando la lógica del ajedrez, a través de los campos del arte, el misterio, la muerte y el amor; esta es pues una historia muy a lo policiaca al estilo de Sherlock Holmes, aunque con variantes muy diferentes, de cierta manera más complejas y seductoras. A la final uno termina involucrándose tanto con el libro que se vuelve un personaje de este, y aún más que eso, el libro se convierte en parte de tu vida. “Los libros son como espejos: solo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro” Carlos Ruiz Zafón.
Es así, que paralela a esta historia; se ha desarrollado otra historia igual de seductora y compleja en mi vida. Al parecer he utilizado esta lógica ajedrecística en algunos particulares. Lamentablemente, o afortunadamente me he encontrado con una adversaria notable y a pesar de haber propinado algunos jaques, pareciera ser ella con su táctica muy a la defensiva de alfiles agudos y sigilosos los que han hecho que de a poco vaya perdiendo la partida. Es extraño pensar que aunque me pase creando tácticas para lograr el anhelado mate y aunque parezca que ya la tengo acorralada, ella astutamente encuentra una forma de burlar mi ofensiva y aún peor de vulnerar mi defensa. Pareciese una lógica implacable, es una defensa sólida que se pone en resguardo y simplemente se aleja dando muerte a una de mis piezas. Ha sabido responder con acierto a todos mis ataques. Tal parece que ya tiene la partida dominada. “Me tiene dominado.”
Quizá la estoy sobrestimando, tal vez sea yo el pésimo jugador que no sabe en realidad como atacar. O peor aún, que todo esto sea producto de mi desquiciada mente. Sería muy gracioso si a la final, este mi juego de ajedrez terminara pareciéndose más a una partida de solitario, en donde el único adversario era yo mismo, “un simple reflejo, jugar contra uno mismo” sería como un eterno autosaboteo. Creo que viniendo de mí, todo es posible. Pero me resulta más reconfortante pensar que al otro lado hay una excepcional rival.
En fin, ya me quedan pocas piezas por jugar, y ya no se me ocurren nuevas estrategias. Al parecer ella disfruta con mi sufrimiento, al igual que un gato disfruta jugando con el ratón antes de darle muerte. Lamentablemente para ella, ese ratón resulta que soy yo, y no pienso rendirme, no aceptare la derrota humillante y preferiré morir con mi rey en pie y atacando, aunque eso se vea ridículo y descabellado. Pues es cierto y he perdido esta partida, pero pediré revancha, por el simple hecho de que esta es una batalla que no estaré dispuesto a perder. Pues mi desquiciada mente cree que esa es la única respuesta a tanta soledad.
“No estoy jugando con peones blancos o negros. Juego con seres humanos de carne y sangre.” E. Lasker
“La vida es una aventura incierta en un pasillo difuso, de límites en continuo movimiento, donde las fronteras son artificiales; donde todo puede acabar y empezar de nuevo a cada instante, o terminar de golpe, como un hachazo inesperado, para siempre. Donde la única realidad absoluta, compacta, indiscutible y definitiva, es la muerte...” Arturo Pérez Reverte
Aún sigo jugando…
:P@nchO:
1 comentario:
Es evidente que aún sigo jugando... La verdadera pregunta es: por cuanto tiempo... Cuando me aburriré y haré lo mejor que hago... OLVIDAR...
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