La quise desde siempre pero ella nunca lo supo.
Los años fueron pasando y yo seguí muy de cerca su vida, sus noviazgos, su casamiento. Estuve a su lado cuando nacieron sus hijos y hasta fui el padrino de uno de ellos.
Su rostro se iluminaba cuando me miraba, su sonrisa me turbaba. Yo la amaba pero ella no lo sabía. Era mi amor imposible. Nunca me casé, quise vivir para ella. Sus niños me llamaban tío, me querían era parte de la familia.
Jamás me atreví a insinuarle nada acerca de mis sentimientos y nos fuimos volviendo viejos y un día ella se enfermó... todo pasó rápido, muy rápido, todos sabíamos que moriría pronto.
Fui a verla y me quede largo rato a su lado, ya no había alegría en su rostro pálido, muy pálido. En un momento sentí que su mano se aferraba muy fuerte a la mía, abrió sus ojos, antes vivaces, ahora tristes, llorosos y sus labios susurraron las palabras que siempre esperé, pero jamás creí que llegaría a escuchar.
Muy suavemente, lentamente, me dijo: "Mi amor, gracias por todo lo que me diste, te quiero, te amé como a nadie en este mundo, pero nunca me animé a contártelo, tuve miedo... de que no me amaras"
Publicado en "simplezas" 1996
Esta es una reflexión muy conocida y ya algo "vieja" sin embargo creí necesario publicarla, porque me parece que muchos de nosotros aún somos de los que ocultamos nuestros sentimientos. A veces nos resulta muy difícil decir lo que sentimos, por miedo a la respuesta... Sin duda yo he sido uno de ellos, aunque ahora ya he cambiado un poco... Pero para los que aún temen decir lo que sienten solo pregúntense que es peor: ¿vivir en la incertidumbre o escuchar un no? una persona no lo es todo, si escuchamos un no... halla afuera de seguro habrá alguien más esperándonos...
:P@nchO:
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