(Que cuenta las aventuras de un audaz caballero sin brillante armadura que fue en un gran viaje a tierras nefastas del reino de Cuenca y de todas las aventuras que acarreó consigo en tal empresa)
Viendo en la tele acerca de las fiestas de Guayaquil y la feria de Durán me acordé de un hecho que aconteció hace un año y un día exactamente, un año de aquella ocasión en la que me huevearon en un pueblito en la verga más allá de Cuenca, el Sigsig, si pues verán resulta que a principios de octubre en el 2009 vino al país un cantante símbolo del rock español, el soquete de Enrique Bunbury, el mansito que era el vocalista de los Héroes del Silencio y que desde hace como diez años no venía a la patria, este man se decidió venir al Ecuador y yo como un digno rocker que le gusta todo tipo de concierto, decidí asistir a la casa de la cultura un jueves 8 de octubre de 2010, pero como buen estudiante de aquella prestigiosa entidad educativa, toda la tarde pasé tomando como albañil con mis peones (los panas), y a eso de las 6 y media me abrí del genocidio neuronal para dirigirme al concierto, tenía 60 dólares pues sabía que la entrada costaba 30 más los gastos varios, en fin llego y que creen me dicen que la general de 30 vale 60, malditos revendedores, verga ni modo dije yo pago que chucha no por nada trabajo, pero el problema fue que ya no había entradas, ni para pagarles a los revendedores, ¿y ahora? Que verga yo si quería entrar, con el panita con el que estaba ahí nos quedamos viendo como la gente entraba y tratábamos de escuchar, en eso hicimos un grupito con otros manes y tomando su cualquier guayusa un pana nos dice, vamos a Cuenca, ¿cómo¿¿qué?, pues sí en ese rato me entero que el man va a dar otro concierto por allá, pero yo digo ni verga me voy, no me alcanza la guita, pero el pana me dice que allá hay entradas de 5 dólares, yo muy escéptico no le creo y con el pana quedo de acuerdo en averiguar bien y si vale la pena nos vamos Cuenca a verle a ese Cabrón, así muy tempranito nos abrimos con esa idea de viajar latente en mi cabeza.
Como yo la única forma que conozco de averiguar las cosas es por internet, navego y descubro que lo que me contaron era la plena, Bunbury iba a dar un concierto en el austro el sábado 10 de octubre, pero no en Cuenca sino en el Sigsig, pueblito cercano a Cuenca que por primera vez escuchaba, había entradas desde 3 dólares e incluso había puestos para acampar y ver el concierto gratis, según el blog de Saltamontes, la empresa que organizaba el concierto allá, el evento era tan barato pues se trataba de una forma de incentivar el turismo de ese pueblo, ofrecían un concierto de gran nivel, con pantalla gigante y que creen, de Bonus iban a pasar el partido de Ecuador por eliminatorias al mundial!!!, wuau o sea era el evento y vaya que valía la pena viajar, hagan de cuenta 10 de ida, 10 de venida, 5 de entrada más comida no me gastaba más de 40 balas, y si yo estaba dispuesto aquí en Quito a pagar 60 como no me iba a dar el lujo de viajar, así que con dos panas concretamos el viaje, salíamos el viernes de noche con rumbo a Cuenca cargados de fantasía y espíritu de aventura sin saber cual sería nuestra fortuna.
En el terminal con el pana Miguel saliendo a Cuenca, por cierto el terminal de Quitumbe si es bacano.
Del viaje que decir, diez horas de viaje por la noche, un frío del puctas en Riobamba, los carevergas que iban a cada rato al baño del bus no me dejaban dormir con el trac trac de esa puta puerta, y así llegué a Cuenca a eso de las 8 de la mañana, lo primero que pensé es comer, mierda que hambre, así que como no conocía la ciudad desayunamos en el terminal, que pedimos, arroz con pollo porque no me gusta el mote jeje, bueno y ahora qué, a claro a ver donde mierda es el concierto y donde puedo hallar las entradas. Bueno en el terminal estaban los buses al Sigsig y decían que se hacía una hora hasta allá, por lo de las entradas, ayuda de nuevo, el internet, ahí decía que las entradas estaban a la venta en una puta farmacia, cogimos la dirección y tres ignorantes desorientados hallamos esa putería, pero que creen me dice el dueño que ya no hay entradas sino solo en el pueblo, que verga….
Encontré la farmacia en Cuenca, aquí en Quito una vez me perdí en La Mariscal…..
Como era eso de las 9 de la mañana no queríamos ir al pueblo todavía, vamos a turistear me dije, nos dimos unas vueltas por el centro donde había parques e iglesias, no era la gran cosa, y ahora ¿a dónde pues? Como no tenía ni idea de algo en Cuenca me acordé de que por ahí había un sitio llamado el puente roto por una propaganda de Fioravanti que alguna vez vi, así que trepamos aun taxi y llévenos al puente roto, lo bueno: en Cuenca las carreras son baratas, lo malo: que mierda el puente roto es un puente que está roto!!!! Que originales son los cuencanos, se les rompe un puente y le hacen sitio turístico, aquí en Quito se cayó se cayó el trébol y ni yo que vivo aquí fui a ver…..
Ahí está el famoso puente roto, está roto………
Luego de huevear como giles ya nos cogió el medio día, vamos al Sigsig dijimos, y así volvemos al terminal, una vez ahí que creen, un montón de rockers saliendo al pueblo, y muchos eran tipos que como nosotros vinieron desde otras ciudades para verle al maricón de Bunbury, como los roqueros somos gente chévere, rápido hicimos una pata de panas que fuimos en el bus cantando, tomando y conversando para no hacer sentir el viaje pues había un tráfico como el de Quito y el viaje duró dos horas….
Esa people haciéndole a la música viajando rumbo al Sigsig…
Y llegamos al Sigsig, si chucha misión cumplida,
El Sigsig era un pueblito bien pequeño, con gente del campo que nos quedaba viendo porque creo que era la primera vez que veían un grupo de melenudos de negro, pero como no hay mal que por bien no venga y ya que el ecuatoriano es pilas, los sigseños se habían hecho los business, había una cantidad de comerciantes impresionantes, lo primero, a conseguir la entrada, los únicos que estaban vendiéndolas eran los revendedores y ahí me di cuenta que esas ratas siguen siéndolas en cualquier parte del mundo, como ya dije la entrada más barata valía tres balas, pero nadie bajaba de doce, si chucha doce, ni se diga las otras, como buen negociador que soy (es decir llorando y rogando) conseguimos nuestras entradas en diez cada una, bueno ya que al menos ya estaba seguro de que íbamos a estar esa noche en el concierto.
Vean eso si dizque iba a ser un gran evento….
Mi entrada de 3 dólares que me costó 10…….
Ya cabrón, todo bacán, eran las tres de la tarde y aun no abrían las puertas, así que como tenía un hambre voraz fuimos a matar la leona en un restaurant chévere que hallamos y después del almuerzo ahí mismo nos pegamos unas bielas mientras veíamos en la tele la previa del partido, ahh dios mío todo era perfecto pero como diosito sanchez me ama, ya van a ver qué pasó:
Serían las 4 de la tarde cuando un man entra asustado al local y le habla a sus panas, luego los manes salen corriendo y por las calles se oye a la gente rumorear de que se suspendía el concierto, ¿Cómo? Váyanse a la verga, se me heló la sangre y con los panas salimos junto a todo el grupo rumbo al estadio a ver qué chucha pasaba, una vez ahí había una patota de rockers gritando y otra patota de 500 chapas (si eran 500 luego se confirmó) se encontraban puteándose y se sentía un caos en el pueblo, por ahí averiguamos que pasaba y nos dicen que en la página oficial de Saltamontes (los organizadores) se publicó hace pocos instantes un comunicado de suspensión del concierto debido a que el escenario no cumplía las condiciones de seguridad para el evento y por tanto el ojete de Bunbury no iba a tocar, hijo de puta, cómanse verga, y yo como quedo, y el viaje, y el cansancio…mierda ¡!quemen el Sigsig!! Ayudé a gritar mientras se infundía el caos en todo el pueblo.
Allá atrás están los pacos deteniendo al tumulto, así no hayan tenido la culpa…chapas carevergas….
Y ahí lo que siempre pasa en Ecuador cuando hay caos, como lo que recién pasó en Quito con los chapas de mierda, la gente se amotinó, hubo bronca, la gente de ese pobre pueblo corría asustada, el grupo en el que yo estaba se tomó la casa comunal, bueno no es que se tomó, la casa estaba abandonada así que nos entramos para no pasar frío y a la vez ya que el partido había empezado veíamos la tele, pero no se podía ya que yo no me podía contener, la ira era tanta que no pude ver ese puto partido y salí a ver qué sería de todo eso.
Viendo el fútbol mientras afuera se estaban matando…..
Como si no fuera suficiente, mientras todo esto pasaba y sin ver el partido le clavan un gol a la tri y pierde como la verga, o sea que de una vez bajen los jinetes del apocalipsis y nos maten, que mierda de día.
Pasamos como hasta las seis de la tarde entre la gente, lo chévere de esas situaciones es que te haces panas sin darte cuenta, así yo ya estaba conversando con un par de guayacos y unos quiteños y mientras puteábamos y dialogábamos mejor bromeábamos para tratar de apaciguarnos ya que estábamos en la incertidumbre, todo era rumores y rumores, decían que el fiscal había ordenado prisión preventiva para el representante de Saltamontes, luego decían que habían bloqueado la entrada al pueblo por lo que no había buses y nosotros estábamos encerrados allá en el quinto infierno, lo bueno fue que al fin les llegó la justicia a esos revendedores miserables que les encanta usufructuar de la pasión por la música de los roqueros, eso fue como la bolsa de valores, los precios se desplomaron, las entradas más caras valían 5 dólares(VIP) , claro que nadie quería comprar pero los que sí, se hicieron el negocio panas..
Al anochecer llegaron noticias oficiales, el concierto se iba a dar el domingo por la noche, con las mismas entradas las cuales subieron de precio en seguida y ahí estuvo el negocio que mencioné, así que los cuencanos vergas dijeron bueno bacán y se abrieron no sé como ya que ellos sabrían como volver a Cuenca, pero ¿y nosotros? Los forasteros, valimos verga, si como íbamos a hacer, yo pensé en quedarme claro que ahí ya me iba a faltar guita, pero uno de los panas con los que fui tenía que camellar el lunes y no tenía chance de quedarse, el man debía volver el domingo a Quito y en esa misma situación estaban casi todos los extranjeros, pues verán los conciertos de rock cuestan y los roqueros no somos mantenidos así que nos toca camellar para darnos esos gustos, bueno el pana debía volver y ni modo de decirle lárgate pues, no verdad no se abandona a un camarada, además que estaba cansado, sucio, flaco, ojerosos y sin ilusiones, comiéndome mierda opté por volver a Quito, claro que no quería pero esa era mi opción, ya sé que debía quedarme pero estaba tan emputado y hecho verga que dije a la mierda Bunbury ni siquiera es la gran huevada, a la mierda el sur del Ecuador que me vio las huevas, a la mierda el SIgsig.
Bueno antes de ver como mierda volver ya que no había ni un puto bus, también los chapas nos dijeron que a los que no puedan venir el domingo nos iban a devolver las entradas, así que hicimos una fila para eso, ahí estábamos como doscientos manes hueveados que no eran de Cuenca mientras los cuencanos vergas se nos reían, la gente se dispersó y en ese pueblo solo se veía a un grupo de manes hueveados hablando y tomando, como siempre las filas no avanzan, y mi instinto sociable me traicionó, ahí en la cola nos armamos una pata de panas para hablar y hablar y burlándonos de nosotros mismos por ser tan giles, y en eso yo les oía a los manes que querían que les devuelvan la plata pues tenían entradas de 20, 25, 30 balas y yo mierda tenía una de tres que me costó diez, por ese chiste ya había perdido siete, como odio a los del Sigsig, atrás mío estaban dos chamitas bien simpáticas y ya pues había que hacerse panas, iniciamos la conversa y ahí la cagaron, han sido cuencanas las manes, si creo que deben saber que las cuencanas son muy bonitas hasta que hablan, pero que chucha igual conversábamos, en eso otro man de por ahí se coló en la conversación y ahí estábamos lara lara lara, me llamaba la atención el porqué dos cuencanitas (chamitas por cierto unos 16 máximo) querían de regreso su dinero, me dijeron que no iban a poder volver el domingo ya que eran dos mansitas solas que no tenían con quien volver, mierda dije ahora si me quedo, pero como ya les dije mi suerte ya estaba echada, mientras tanto el pana que se coló también era cuencano así que ni corto ni perezoso se ofreció para acompañarles el domingo y luego de un rato las manes aceptaron, mientras eso pasaba la fila avanzaba y los panas nos esperaron hasta que nos devolvieron esos tan valiosos tres dólares, luego las manes y ese pana se despidieron y yo sólo pensaba: que mierda pana buen provecho.
Pero volver no iba a ser tan fácil, ya comenté que no había buses, así que en la parada de ese pueblito estaba un grupo tratando de pasara el frío con unos guaros:
Entre todos esos borrachos, estaba este man al que nadie conocía votado en calidad de costal, toda la gente se tomaba fotos con ese gil y yo no perdí la oportunidad…..
Cuando por ahí llegaba una camioneta, nos lanzamos cual buitres tras su presa y sin preguntarle al chofer nos trepamos al balde del carro y le exigimos (ni siquiera pedimos) que nos lleve a Cuenca, ese viaje fue una verga, hacía un frio hecho mierda y además íbamos apretados cual sardinas, llegamos al terminal hechos leña, con la moral baja, adoloridos, hueveados y tomamos el primer bus a Quito, saliendo del terminal aproveché para escupir a esa tierra maldita que me dio tan mal trato.
Esa cara de echo verga con la que volvía al terminal muestra lo hecho mierda que fue ese día…..
EPÍLOGO
Tras una gran viaje y un conjunto de aventuras termina la historia de este audaz caballero sin brillante armadura, que por seguir sus pasiones fue por lana y salió trasquilado, en su viaje le pasaron algunas otras cosas que debido a que contarlas sería tedioso y muy extenso y ya que serán pocos los que lean completo esta entrada no se cuentan y quedarán para alguna otra ocasión cuando se dé la segunda salida de este Quijote (quijote de p…), por ahora solo cabe mencionar que no todo fue malo, al menos nuestro querido personaje conoció un puentecito de Cuenca y se paseo por sus calles:
En un parquecito del centro de Cuenca….
En ese río que supongo es uno de los 4 que cruzan Cuenca, más abajito está el puente Roto….
Y ahora espera que por tener que ir a ver los artistas que son famosos gracias a fans que como él se sacan la puta para irlos a ver, no vuelva a tener que regresar con el rabo entre las piernas y con el moco colgado, que esta vez por iluso fue en pos de aventuras y en el Sigsig terminó hueveado.
*Nota: yo decía que Bunbury no había vuelto al Ecuador en unos 10 años, resulta pues que el man no había vuelto como artista, pero constantemente ha sabido visitar el Sigsig porque por ahí hay hongos alucinógenos y hasta parece que tiene un casa por ahí…Bunbury careverga.
HISTORIA DEL CABALLERO SIN BRILLANTE ARMADURA. El Juan.